Cotilleos históricos, dramas barrocos, vidas olvidadas. Monjas, demonios, embustes, alquimia, recetarios, oro. Dos amigas siamesas recuperando para ti el bling bling de los siglos XVI y XVII y conectándotelo con este presente ajetreado. Un podcast de Carmen Urbita y Ana Garriga. Producido por Podium Podcast.
Casuística amorosa
Felicísimas de poder aliviar al fin la quemazón que nos carcomía ante la falta de invitaciones para participar en actividades ontológicamente lésbicas, en este episodio grabado en el Festival Visibles de Barcelona, nos entregamos con desenfreno a una apología de lo que más nos encandila y atormenta a las lesbianas: la casuística amorosa. Ayudadas por las enrevesadas herramientas casuísticas de los jesuitas, os enseñaremos todo lo que necesitáis saber para navegar con éxito las pantanosas aguas de la incondicionalidad amorosa; arropadas por Madame de Scudéry y su ramillete de amigas précieuses, militantes de la agamia barroca, os guiaremos por una liosísima cartografía de los afectos para desembocar en el desenfreno lujurioso de Inés de Santa Cruz y Catalina de Ledesma, Las Cañitas, nuestras Tukus barrocas, y desmentir de una vez por todas el mito de la lesbian death bed. Si te urge saber quiénes eran la Holland Taylor y la Sarah Paulson del barroco, si no puedes vivir ni un minuto más sin averiguar cómo acaba el estropicio poliamoroso de Las Cañitas, dale corriendo a play.
1/22/2024 • 1 hour, 10 minutes, 46 seconds
Gastar el tiempo para no ocuparle
Arulladas por el gusaneo y la desidia que acompaña siempre el comienzo de un nuevo año, en este episodio os traemos la tercera y, prometemos, última versión del remotísimo episodio piloto con el que nacieron Las hijas de Felipe. Angustiadas de reencontrarnos con las Ana y Carmen de hace cuatro años, perplejas ante nuestra perpetua capacidad de ralentización, empezamos el año recuperando el único placer culpable que compartimos con nuestro padre: el aplazamiento. Entre el soleado halo marbellí de Julio Iglesias y la palidez escurialense de Felipe II existe un puñadito inesperado de correspondencias que ya hiló muy juiciosamente Patricia Esquivias. Continuando con su malabárico ejercicio de anacronía estratégica, encontramos en las plácidas sobremesas de Julio en su mansión de Indian Creek el reflejo invertido de las "tardes dulces y apelusadas como un melocotón" vividas por Felipe II en su Escorial. Si Julio es la ociosidad tostada por el sol dorado del desarrollismo, nuestro padre es el cansancio perpetuo de un trabajo improductivo, perdido en laberintos interminables de pliegos y papeles, "holgándose en menudencias" y aplazando el sinfín de urgencias que requería un reino en ebullición. Con razón protestaba Diego de Silva en 1589: "la menudencia con que Su Magestad trata los negocios más menudos es materia de lástima, porque perder el tiempo para no ocuparle, esso es lo que los hombres llaman pasatiempo, mas ocuparle para perderle cosa es a que no se puede poner nombre". Pero Las hijas, estudiantes perpetuas y aplazadoras natas, sabemos que sí hay un nombre para su incesante pero infructífera labor: se trata de nuestra amiga LA PROCRASTINACIÓN. En este episodio os llevamos de la mano por los sudores de la microgestión obsesiva, os abrimos una rendijita a la intimidad sonrojante de nuestra escritura y os desvelamos la infalible técnica de los 5 minutos para vencer el síndrome de la procrastinación.
1/8/2024 • 1 hour, 6 minutes, 53 seconds
Sométicas, baldreseras, fricatrices
Si de algo sabemos las lesbianas es de fantasía: de reconstruir inmensidades a partir de señales casi imperceptibles, de aferrarnos todo lo posible a un mosquetón, un pantaloncito de chándal, una mirada furtiva, un comer con las manos, un encenderse un cigarro con gracia. Ahora y hace 500 años. En honor a esa fe transhistórica en la fantasía del deseo lésbico, rastreamos para el Festival de Literatura Queer en Español en Londres atrevidas menciones y veladas alusiones al deseo lésbico en la literatura de nuestros siglos más favoritos. Un tesoro para sométicas, baldreseras y fricatrices: el regalo navideño más suculento que vais a recibir estas navidades. Las fugaces esperanzas del travestismo escénico, la to-do-list pastoril para tener la mejor primera cita de tu vida y la literatura devocional de exaltación mariana convertida en inesperado pero certero acicate de la polución con una misma. Todo para concluir, como el personaje de Flora en la novela de María de Zayas, que “donde las veo y más tan bellas…se me van los ojos tras ellas”.
12/25/2023 • 1 hour, 5 minutes, 8 seconds
Púlpito, gimnasio y dispositivo
Las hijas de Felipe es el refugio sonoro del ahistoricismo deliberado, un espacio donde los rincones más remotos de los siglos XVI y XVII y los resquicios más impenetrables del presente se solapan en un anacronismo estratégico para, con suerte, sugerir cavilaciones y conexiones insospechadas. Este episodio-performance se integra en Clima Fitness con el mismo ánimo: trenzar coincidencias y desencuentros en el gesto transhistórico de los rituales de adaptabilidad. Para ello, ejerceremos de extrañas ventrílocuas de la caterva de predicadores que, desde púlpitos y tratados, asediaron a los religiosos que llegaban a Nueva España con estrictos mandatos de adaptabilidad al nuevo entorno. Pero también veremos que, a su vez, estos fabricadores de sermones se instan unos a otros, desde sus manuales de predicación, a ejercitar un rigurosísimo entrenamiento somático. Son textos que articulan toda una poética del cuerpo del predicador (el sudor, la saliva, los mocos) para eliminar cualquier atisbo de fuga o contaminación ambiental. Y, en un último gesto, ponemos a prueba, en nuestros propios cuerpos, los mandatos del sermón. Un surtido de rituales de adaptabilidad barrocos, una hibridación de exigencias y saberes y un felicísimo encuentro en el púlpito-gimnasio-dispositivo de Clima Fitness.
12/11/2023 • 1 hour, 25 minutes, 25 seconds
Tanta dicha como Sofonisba
Entre la abundancia de reliquias, bordados, cartas, cuadros y tesoritos con los que podemos deleitarnos al visitar el Monasterio de la Encarnación de Ávila, las monjas han preservado una pintura que, por sus trazos gruesos, su precariedad técnica y su remota ubicación, no suele retener la atención de visitantes y estudiosas. Las vigas de madera que sostienen el techo de una de las diminutas celdas conservan el peregrino autorretrato que alguna carmelita de las muchas que circularon por este convento (en el que nuestra santa Teresa vivió entre 1535 y 1562) se animó a pintar justo donde caía su mirada al tumbarse boca arriba sobre el jergón de la cama. Deshechas en ternura, admiración y sorpresa ante las pinceladas rápidas y toscas de la carmelita, en este episodio nos adentramos en claustros de clarisas y de agustinas recoletas, de jerónimas y de benedictinas, para recordar que las monjas de nuestros siglos más favoritos de la historia no solo se entregaron a meticulosas labores de manos y rentables elaboraciones de objetos suntuarios, sino que también sucumbieron a la pintura, el dibujo y la escultura. Entre la célebre clarisa de Lerma Sor Estefanía de la Encarnación, que aseguraba que “todos los que entraban a verme pintar” juzgaban que tenía “tanta dicha como Sofonisba” y aquella anónima carmelita, de la que solo sabemos que un día se atrevió a mojar un pincel en pintura negra para bosquejar su autorretrato, descubrimos una larga genealogía de monjas que, espoleadas por un ansia de pertenencia cívica y cultural, decididas a ostentar una marca diferencial de devoción, necesitadas de patronazgo o, simplemente, deseosas de adornar las paredes de los conventos con sus propios trabajos, pasaron no pocas horas de la clausura entre lienzos y cinceles.
11/20/2023 • 1 hour, 20 minutes, 18 seconds
La leche polifónica
¿Piensas por ventura que la naturaleza dio de balde tetas a las mujeres y que puso allí aquellos dos pezoncitos como dos berruguitas no por más de por una cierta gentileza o hermosura de los pechos? Buenos estábamos por cierto. No lo hizo sino a fin de que la madre habiendo parido tuviese con que poder criar a su hijo, según hacen todas las otras alimañas.” Que esta espantosa sentencia de Juan Luis Vives, carísimas oyentes, no os abisme en el desasosiego, porque con este episodio verdaderamente espectacular venimos a demostrar que también en todo lo que concierne a la leche y a la lactancia, lo que los humanistas te quitan, las monjas barrocas te lo devuelven, y los sinsabores que los tratados médicos te dan, ellas te los quitan. Sobrecogidas y colmadas de regocijo lácteo os presentamos uno de nuestros episodios más favoritos hasta la fecha, un delicioso recorrido por vírgenes lactantes, reliquias de leche en polvo, nodrizas a precios desorbitados, hombres amamantadores, la cripta láctea de Belén, humanistas desquiciados con disciplinar la leche materna, pezones milagrosos, lactancias mercenarias, Cristos lactantes y, como siempre, un manojito espléndido de místicas, dominicas y clarisas para demostrar que, como siempre, fueron las monjas las que supieron como nadie dar empaque semiótico a los fluidos corporales y resignificar hábilmente la obsesión láctea del siglo para hacerse un huequito en el mundo más allá de las celosías.
11/6/2023 • 59 minutes, 41 seconds
Arte de bien morir
El 31 de marzo de 1614 El Greco empuñaba la pluma para firmar, agotado y tembloroso, un último documento: Sepan cuantos esta carta de poder para testamento vieren cómo yo Dominico Teotocopuli pintor vecino de esta ciudad de Toledo estando echado en una cama enfermo de enfermedad que dios nuestro señor fue servido de me dar…digo que por cuanto por la gravedad por cualquier causa e razón que sea dejo e nombro en todos ellos por mi universal heredero a el dicho Jorge Manuel mi hijo y de la dicha Jerónima de las Cuevas para que todos ellos los haya y herede e goce y disponga dellos como cosa suya con la bendición de Dios y mía. Debilitado por las dolencias que le llevarían a la muerte el 7 de abril de ese mismo año, El Greco otorgaba a su único hijo una carta de poder para que hiciera testamento en su nombre. Además de un buen puñado de deudas, Jorge Manuel recibió de su padre minuciosas indicaciones sobre cuántas misas y novenarios debían seguir a su entierro, cuántos frailes franciscanos debían velar su cuerpo, quiénes eran los clérigos que seguirían su cadáver hasta el convento de Santo Domingo donde sería enterrado.
Pasmadas ante una pormenorización tan exhaustiva de los protocolos que debían seguirse a su muerte, en este episodio grabado en el Museo de El Greco de Toledo venceremos el desasosiego a que tan fúnebres pensamientos nos asoman para desembrollar el mortuorio decálogo de reglas, métodos y rituales que pautaban el delicado arte del morir barroco. Aunque algunos, como el jesuita Juan Bautista Poza en su Práctica de ayudar al buen morir (1619), quisieran zanjar el más misterioso de los trances con una áspera enumeración — “El cuerpo a la tierra, las deudas a los acreedores, la hazienda a los herederos, la limosna a los necesitados”—, Las hijas de Felipe perseveramos hasta desempolvar todo lo que las artes moriendi encierran de autorretrato inusitado, ritual de desasimiento y escabrosa autoficción.
10/23/2023 • 52 minutes, 32 seconds
La Monja Alférez
“Ella es de estatura grande y abultada para mujer, bien que por ella no parezca no ser hombre. No tiene pechos: que desde muy muchacha me dijo haber hecho no sé qué remedio para secarlos y quedar llanos, como le quedaron”. Con esta sintaxis movediza e inestable describía en 1626 Pietro della Valle, amigo del Papa Urbano VIII, la escurridiza identidad de Catalina / Antonio de Erauso. De novicia huida a alférez pendenciero, de dominica conflictiva a intrépido mulero-mercader, Erauso se convirtió en uno de los personajes más diseccionados, aclamados y ficcionalizados del siglo XVII. En este episodio, desgranamos cada detallito de su ajetreada biografía para acabar confesandoos, amigas, nuestra animadversión hacia este colaborador con el genocidio colonial, y para finalmente cobijarnos en su transformación en icono mítico y así trazar, acomopañadas de reconocidas voces de artistas y teóricas, un atiborrado ramillete de genealogías disidentes: precedente trans, precursora butch, travestida pre-drag king y poliédrica virgen-guerrero. Si no podéis vivir ni un minuto más sin saber con qué manual de esgrima se preparó la actriz Luisa Robles su arrojado papel para convertirse en monja alférez en 1626, y si necesitáis averiguar qué une a Juana de Arco, Mulán y Santa Tecla, dadle corriendo a play.
Consigue tu entrada para el live show de Las hijas de Felipe en Pamplona el 21 de octubre https://teatrogayarre.com/las-hijas-de-felipe/
10/9/2023 • 59 minutes, 31 seconds
Dar es señorío, recibir esclavitud
“Dar es señorío, recibir esclavitud”. Incapaces de hacer nuestro el lema de los Mendoza que amparó a la marquesa del Cenete en su delirante fiebre del regalo y en su labor de sugar mami intelectual, y ansiosas por disfrutar de nuestro espíritu más regalado y regalón, en este episodio desmenuzamos para nuestras dadivosísimas oyentes las múltiples tesituras del gesto transhistórico del obsequio. Con un elenco de personajes insoportablemente VIPs y algún inevitable devaneo por ese reducto feudal que es la reviste Hola, recuperamos el circuito de reciprocidad de la economía del regalo, nos regodeamos en el anciano acercamiento discursivo a emblemas y memes, recuperamos el costoso adiestramiento en coleccionismo de Mencía de Mendoza, la Blue Ivy del barroco, advertimos contra souvenirs embarazosos y molestas aduanas y, en un insospechado recorrido que enlaza mejillas de santas y demás reliquias de las Descalzas Reales con injertos de pelo y otros sobornos de la Gürtel, os invitamos a lagrimear con nosotras por el descalabrado declive en la coacción del agasajo diplomático. Si no podéis vivir ni un minuto más sin descubrir qué amistad de nuestra santa Teresa sufrió ciertas marejadillas por la latosa jerarquía del agasajo o si necesitáis saber inmediatamente con qué primoroso intercambio de regalos echamos la lazada final a este episodio, dadle corriendo a play.
9/25/2023 • 1 hour, 15 minutes, 33 seconds
La estrecha amistad que nos tenemos
Carísimas oyentes, siervitas nuestras del barroco, rebañito humilde del anacronismo estratégico: Las hijas de Felipe volvemos hoy en una nueva temporada, porque bien sabemos que no existe remedio mejor para las borrascas de este siglo que el refugio de un amistoso rinconcito terapéutico. Después de un verano aciago, volvemos dispuestísimas a trazar en este episodio una genealogía de alegrías, sosiegos, turbulencias y erupciones de la amistad. Porque, ya lo sabéis, cada nuevo episodio de este podcast es la secuela de un flechazo amistoso, el nuestro, casi tan arrebatado como el que en 1608 llevó a la carmelita Ana de Jesús a escribirle a su adorada Beatriz de la Concepción “que estamos hechizadas la una con la otra, porque el día que no hablo con vuestra reverencia no puedo vivir”. Y también porque es la urgencia de ubicar las coordenadas históricas de las redes de amistad femenina y el deseo de trazar y compartir genealogías celebratorias en las que reconocernos todas lo que sigue alentando nuestro extrañísimo empeño de sostener un podcast ceñido a la cultura de los remotos y manoseados siglos XVI y XVII. “Todo lo que te pasa a ti ya le pasó a alguien en los siglos XVI y XVII”, decimos siempre. También la euforia, los desvelos, las turbulencias, los cuidados, el rigor y la devoción de las amigas.