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Zoo de fósiles - Cienciaes.com

Spanish, Archaeology, 1 season, 161 episodes
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La mayor parte de los seres vivos que han poblado la Tierra han desaparecido para siempre. Quincenalmente, Germán Fernández Sánchez les ofrece en Zoo de Fósiles la posibilidad de conocer la vida de algunas de las más extraordinarias criaturas que vivieron en el pasado y que han llegado hasta nosotros a través de sus fósiles.
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Canguros gigantes.

Dos especies se disputan el título de canguro más grande: Procoptodon goliah y Sthenurus stirlingi. El canguro Procoptodon goliah, que vivió durante el Pleistoceno, alcanzaba los 2,7 metros de altura y pesaba entre 200 y 240 kilos. Tenía en las manos dos dedos muy largos equipados con grandes garras, probablemente para agarrar las ramas y acercarlas a la boca. Vivía en regiones semiáridas del sur y el este de Australia, y también se han encontrado huellas fósiles en la isla Canguro, frente a las costas de Australia Meridional. Sthenurus stirlingi alcanzaba una longitud total de 3,5 metros y un peso de 240 kilos. Tenía la cola más corta y gruesa que los canguros actuales, el cuello corto y los brazos largos.
2/12/20240
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Las primeras tortugas marinas.

La historia de las tortugas marinas se remonta a mediados del Cretácico inferior, hace unos 120 millones de años. La tortuga marina más antigua que conocemos es Desmatochelys. El primer ejemplar de Desmatochelys fue descubierto por un trabajador del ferrocarril cerca de Fairbury, en Nebraska, y descrito por el paleontólogo Samuel Wendell Williston, de la Universidad de Kansas, en 1894. Se trata de una tortuga de metro y medio de largo, con un cráneo de unos veinte centímetros, con grandes fosas nasales. Las patas delanteras tenían forma de remo, y el plastrón, la parte ventral del caparazón, apenas estaba unido a la parte superior. Más tarde se han descubierto otros especímenes en Dakota del Sur, Kansas, Arizona, Canadá y México.
1/15/20240
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Lystrosaurus, el superviviente de la gran extinción.

Hace 252 millones de años, la extinción masiva del Pérmico-Triásico hizo desaparecer el 57% de todas las familias biológicas, el 83% de los géneros, el 81% de las especies marinas y el 70% de las de vertebrados terrestres. Se trata de la mayor extinción ocurrida en la historia de la Tierra, y marca el final de la era paleozoica y el comienzo de la mesozoica. Entre los vertebrados que sobrevivieron a la extinción, el más exitoso fue Lystrosaurus, un terápsido dicinodonto herbívoro, pariente lejano de los mamíferos. Su nombre significa “lagarto pala”. Se han descubierto fósiles de Lystrosaurus en la Antártida, la India, China, Mongolia, la Rusia europea y Sudáfrica.
12/9/20230
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Halkieria, otra babosa acorazada.

En el norte de Groenlandia, en la península de Nansen, se encuentra el yacimiento de Sirius Passet. Descubierto en 1984, desde entonces se han recogido más de diez mil fósiles del Cámbrico medio, hace unos 520 millones de años. En aquella época, el lugar se encontraba en la costa de un continente llamado Laurentia, formado por Groenlandia y Norteamérica, en latitudes tropicales al sur del Ecuador. La fauna de Sirius Passet está formada por artrópodos, esponjas, moluscos, gusanos y otros animales que no se pueden asignar con facilidad a los grupos actuales. Entre estos últimos destaca Halkieria. Aunque se han encontrado fósiles de Halkieria, y de otras especies emparentadas, que forman el grupo de los halkiéridos, por todo el mundo, en 1989 se descubrió en Sirius Passet el único espécimen completo de este animal.
11/9/20230
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La foca monje del Caribe.

Hasta el siglo XX, habitaba en las zonas costeras del mar Caribe, el golfo de México y el Atlántico, desde la Florida hasta Colombia y Venezuela la foca monje del Caribe (Neomonachus tropicalis), declarada extinta por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza en 1994. La foca monje del Caribe podía alcanzar los 2,4 metros de longitud, y un peso de entre 170 y 270 kilos. Los machos eran más grandes que las hembras. Se reunían en tierra para descansar y para parir, en grupos de entre 20 y 40 ejemplares, aunque a veces llegaban hasta un centenar. Preferían las playas arenosas en islas y atolones recónditos. Las crías, que nacían alrededor del mes de diciembre, medían un metro de largo y pesaban entre 16 y 18 kilos; estaban cubiertas por un lanugo negruzco. Como otras focas, las focas monje del Caribe eran torpes en tierra, lo que unido a su falta de agresividad y a que no tenían miedo de los humanos, las convirtió en presa fácil para los cazadores.
9/19/20230
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Espinosáuridos brasileños.

Hace unos 110 millones de años, a mediados del Cretácico, la cuenca de Araripe, en el nordeste de Brasil, era una región costera árida donde había una albufera rodeada de vegetación tropical y habitada por dinosaurios carnívoros, pterosaurios, cocodrilos, tortugas y peces. Uno de esos dinosaurios era Irritator challengeri, un espinosáurido pariente del espinosaurio, del que hablamos hace unos años en Zoo de fósiles. El nombre de Irritator refleja la frustración de los paleontólogos del Museo Estatal de Historia Natural de Stuttgart cuando recibieron el cráneo de este dinosaurio, que habían comprado a unos traficantes de fósiles. El cráneo estaba aplastado y en parte machacado, y faltaba el extremo del hocico. Aunque el lado derecho estaba bien conservado, el izquierdo había sido dañado durante la recolección.
7/2/20230
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Los mekosuquinos, extraños cocodrilos de Oceanía.

Hace unos meses, hablando del gran varano australiano Megalania, citábamos a Quinkana, un cocodrilo de tres metros de longitud, entre los grandes depredadores australianos. A diferencia de los cocodrilos actuales, de vida acuática, Quinkana vivía y cazaba en tierra firme. Este cocodrilo apareció hace unos veintiocho millones de años, a finales del Oligoceno, y se extinguió a finales del Pleistoceno, hace unos diez mil años. Sus restos se han encontrado sobre todo en Queensland, en el nordeste de Australia. Su nombre procede de los quinkans, unos espíritus de la mitología de los aborígenes Kuku Yalanji, representados como figuras humanoides muy estilizadas, o más raramente como cocodrilos, en las pinturas rupestres de la región.
5/5/20230
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Wiwaxia, la babosa acorazada.

Hace más de un siglo, en 1899, el geólogo canadiense George Frederick Matthew describió una espina fósil aislada con el nombre de Orthotheca corrugata. Con una simple espina no es mucho lo que se puede hacer, pero Matthew la relacionó con el género Orthotheca, que por entonces se consideraba un gusano anélido, aunque hoy se clasifica en el grupo de los hiolitos, unos pequeños animales de concha cónica que vivieron en el Paleozoico. Corrugata significa “acanalada”, pues así era la espina fósil, que se había encontrado en el monte Stephen, en el sudeste de la Columbia Británica, donde también se encuentra el famoso yacimiento de los esquistos de Burgess. Fue allí donde años más tarde, en 1911, el paleontólogo estadounidense Charles Doolittle Walcott encontró varios fósiles con las mismas espinas, que clasificó como gusanos poliquetos con el nombre de Wiwaxia.
4/6/20230
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Los basilosáuridos, ancestros de las ballenas

Hace casi doscientos años, en 1832, el derrumbamiento por la lluvia de una colina en Arkansas dejó al descubierto un alineamiento de huesos más o menos circulares que se extendían dispersos a lo largo de más de cien metros. Algunos de estos huesos se usaron como morillos, para apoyar la leña en los hogares, pero el propietario de las tierras, el juez Henry Bry, pensó que pertenecían a algún tipo de monstruo marino y podían tener interés científico; pudo rescatar unos pocos, que envió a la Sociedad Filosófica Americana de Filadelfia. Así comenzó la historia moderna del Basilosaurus, un superdepredador marino que vivió en los mares tropicales y subtropicales durante el Eoceno superior, hace entre 41 y 34 millones de años. Medía entre 17 y 20 metros y fue uno de los primeros cetáceos conocidos.
3/7/20230
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Los primeros dinosaurios acorazados.

Los dinosaurios acorazados forman el suborden de los tireóforos, que significa “portadores de escudo” en griego. Los tireóforos evolucionaron de pequeños dinosaurios herbívoros bípedos corredores. Aparecieron en el continente septentrional de Laurasia, que más tarde dio origen a Eurasia y Norteamérica. Hoy hablamos de Scutellosaurus, que vivió en Arizona durante el Jurásico inferior, hace alrededor de 196 millones de años. Emausaurus, que vivió en el norte de Alemania quince millones de años más tarde, y representa la transición de la bipedia a la cuadrupedia. Mejor conocido es Scelidosaurus, de cuatro metros de longitud y poco menos de trescientos kilos de peso, que vivió hace 190 millones de años en lo que hoy son las islas Británicas.
1/26/20230
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Megalania, el lagarto terrestre más grande.

Hace más de 50 000 años, cuando los primeros pobladores humanos llegaron a Australia, tuvieron que enfrentarse a tres grandes depredadores hoy desaparecidos. Uno de ellos era el león marsupial, del que ya hemos hablado. El león marsupial tenía un tamaño intermedio entre un leopardo y un león. Más grande era el segundo depredador extinguido: Quinkana, un cocodrilo terrestre de unos tres metros de longitud. Pero a ambos los superaba el megalania, el lagarto terrestre más grande conocido. No se ha descubierto ningún fósil completo del megalania, así que las estimaciones de su tamaño son poco precisas. El paleontólogo Ralph Molnar, en un estudio comparativo con las especies vivientes más próximas, propone que el megalania podía alcanzar 7,9 metros y un peso de 320 kilos de media, con un máximo de 1940 Kg.
12/22/20220
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Opabinia, un invertebrado con trompa.

Hace 505 millones de años, a mediados del Cámbrico, parte de lo que hoy son las montañas del oeste del Canadá se encontraba bajo el mar, cerca de un acantilado submarino vertical. De tanto en tanto, un alud de barro cubría el lecho marino. Los seres vivos que tenían la mala suerte de encontrarse allí morían por la falta de oxígeno y quedaban enterrados. Así surgió la formación geológica de los esquistos de Burgess, donde, en 1966 el paleontólogo británico Harry Blackmore Whittington descubrió un nuevo ejemplar muy bien conservado de Opabinia, un animal tan extraño que en la primera presentación pública del análisis de Whittington, la audiencia estalló en carcajadas. Con una longitud total de unos diez centímetros, su característica principal es la trompa o probóscide hueca y flexible que se proyecta hacia abajo desde la parte inferior de la cabeza.
12/1/20220
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El origen de los cetáceos.

Hace tres décadas, en los años noventa, la biología molecular revolucionó la clasificación de los seres vivos. Hasta entonces, las clasificaciones estaban basadas exclusivamente en caracteres anatómicos, lo que en muchos casos indujo a error. Por ejemplo, se creía que los parientes más cercanos de los hipopótamos eran los cerdos y jabalíes hasta que la genética demostró que están más próximos a los rumiantes. Pero lo más sorprendente es que tampoco los rumiantes son los parientes más cercanos de los hipopótamos; los parientes vivos más cercanos de los hipopótamos son… los cetáceos, o sea, las ballenas y delfines. Así que los cetáceos se tienen que clasificar dentro del grupo de los ungulados, con las vacas, los cerdos, los ciervos, los antílopes, los camellos…
10/30/20220
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Giganotosaurus, un gran depredador argentino.

Hace unos 98 millones de años, a mediados del Cretácico, el norte de la Patagonia argentina era una región árida con campos de dunas atravesados por cursos de agua con grandes variaciones estacionales, y con algunos parches de bosques pantanosos. Allí habitaban peces, anfibios, tortugas, serpientes y mamíferos primitivos, pterosaurios y una gran variedad de dinosaurios. Entre los dinosaurios carnívoros, el mayor es Giganotosaurus, uno de los mayores depredadores terrestres de todos los tiempos. Su nombre significa en griego “lagarto gigante del sur”. Los restos más completos de Giganotosaurus corresponden a un individuo de doce a trece metros de largo, con un cráneo de metro y medio a metro ochenta, y un peso de entre cuatro y catorce toneladas. Este esqueleto se expone en el Museo Paleontológico Ernesto Bachmann, en Villa El Chocón, localidad de la provincia argentina del Neuquén, a dieciocho kilómetros del yacimiento donde se descubrió.
9/27/20220
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Los poposauroides, falsos dinosaurios.

En 1915, el palentólogo Maurice Mehl describió, a partir de unos restos fósiles descubiertos unos años antes en el oeste de Wyoming, “una criatura musculosa y ligera, posiblemente bípeda ocasional, y seguramente veloz”, con el nombre de Poposaurus, por la formación geológica en la que se encontraron los fósiles, Popo Agie [Popo Sha], que en la lengua crow significa “río gorgoteante”. Poposaurus era un depredador bípedo de unos cuatro metros de largo, de los que la mitad corresponden a la cola, y entre sesenta y cien kilos de peso, que vivió hace unos 210 millones de años en el sudoeste de los Estados Unidos. A lo largo de las décadas, Poposaurus se ha catalogado en diferentes grupos de dinosaurios: ornitisquios, sauropodomorfos, estegosaurios, terópodos… Sin embargo, en 1977, el paleontólogo inglés Peter Galton lo reclasificó con los pseudosuquios, arcosaurios más próximos a los cocodrilos que a los dinosaurios.
6/25/20220
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Hanyusuchus, el gavial chino.

En 1630, apareció en la costa este de la isla de Hainan, en el sur de China, un monstruo marino con cabeza de tigre y dos alas, que devoraba a la gente y al ganado. El gobernador ofreció sacrificios de vino y animales para apaciguarlo. Este relato, muy exagerado, se refiere seguramente a un cocodrilo, pero ¿hay cocodrilos en China? Hoy en día, el único cocodrilo que habita en China es el aligátor chino o aligátor del Yangtze (Alligator sinensis), que sobrevive en unos pocos ríos del este del país. Pero es dificil identificar este cocodrilo tímido y dócil, que no pasa de dos metros de longitud, y que se alimenta fundamentalmente de peces y ranas, con el monstruo marino de Hainan. El 9 de marzo de 2022, un grupo de científicos de China y Japón ha publicado la descripción de un nuevo género y especie de gavial, Hanyusuchus sinensis que podría arrojar luz en el estudio de la cultura china antigua.
5/25/20220
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Lo que se perdió en Cuba.

Hace seis mil años, cuando los primeros humanos llegaron a Cuba, se encontraron con una fauna mucho más rica y diversa que la actual. Entre los mamíferos, llama la atención la presencia de varios géneros de perezosos terrestres de diversos tamaños. El mayor de los perezosos cubanos es Megalocnus, un cuadrúpedo de un metro de alto, metro y medio de largo y noventa kilos de peso que, según las dataciones por radiocarbono de sus restos, se extinguió hace unos 4700 años. Probablemente, estos grandes perezosos se encontraban entre las presas favoritas del murciélago vampiro, que actualmente está extinto en la isla. También existió el pequeño mono semiarborícola Paralouatta varonai, semejante a un mono aullador, aunque con la cola más larga. Otro grupo de animales endémicos de las Antillas, las jutías, tiene también su representante extinto en Cuba. Un animal extinto más reciente es el el guacamayo cubano (Ara tricolor), desaparecido en el siglo XIX.
4/22/20220
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Los vetulícolas, viejos habitantes de los mares.

Hace unos quinientos millones de años, a mediados del Cámbrico, habían aparecido ya muchos de los grupos de animales pluricelulares actuales, como los moluscos, los artrópodos, los equinodermos y los cordados. La gran diversificación de formas animales de aquella época produjo también muchos fósiles de difícil clasificación, como los vetulícolas. Tan difícil en este caso, que incluso su nombre, vetulícolas, no compromete a nada; simplemente significa en latín “habitante viejo” o “habitante de la antigüedad”. Los vetulícolas son animales marinos; su cuerpo recuerda vagamente a un renacuajo, está formado por una cabeza voluminosa, con la boca en el extremo anterior y cinco aberturas redondas u ovaladas alineadas a cada lado, que se han identificado con branquias; y una cola larga y generalmente aplanada que termina en el ano y que en los vetulícolas más primitivos está formada por siete segmentos
3/25/20220
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Serpientes gigantes

Hace más de siglo y medio, en 1857, llegaron a manos del paleontólogo inglés Richard Owen trece vértebras fósiles descubiertas cerca de Tesalónica, en Grecia. Al publicar su descripción en el boletín trimestral de la Sociedad Geológica de Londres, Owen las identificó como pertenecientes a la víbora más grande conocida, a la que bautizó con el nombre de Laophis crotaloides. Las vértebras de Owen se perdieron, y no quedó ninguna prueba tangible de la existencia de esta enorme víbora hasta 2014, cuando se descubrió en la misma región una vértebra perteneciente a la misma especie. Se calcula que esta serpiente, que vivió durante el Plioceno inferior, hace entre cuatro y cinco millones de años, alcanzaba los tres o cuatro metros de longitud.
2/25/20220
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Borealopelta, un dinosaurio acorazado muy bien conservado.

El 21 de marzo de 2011, en la mina a cielo abierto Millennium, en la provincia canadiense de Alberta, la pala excavadora de un trabajador llamado Shawn Funk tropezó con unos restos fósiles. La empresa notificó el hallazgo al Real Museo Tyrrell y dos días después se presentaron en la mina el paleontólogo Donald Henderson y el técnico Darren Tanke. Los científicos se sorprendieron al descubrir que los nuevos fósiles correspondían a un dinosaurio acorazado en excelente estado de conservación. La nueva especie fue bautizada con el nombre de Borealopelta markmitchelli. El nombre genérico, Borealopelta, significa “escudo boreal”. Medía en vida cinco metros y medio de largo y metro y medio de alto, y pesaba más de una tonelada. Todo el cuerpo, salvo la cabeza, el vientre y las patas, está protegido por un blindaje casi continuo formado por centenares de placas óseas de entre cinco y treinta centímetros, dispuestos en filas muy juntas.
1/21/20220
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Los yacimientos de Rusinga.

Hace 18 millones de años, en el Mioceno, la región que hoy ocupa el noroeste del lago Victoria estaba cubierta de selva, con un clima cálido y húmedo. Por aquella época se había empezado a formar el Rift del África Oriental, y el vulcanismo era intenso. Las colinas Kisingiri, en el oeste de Kenia, son los restos de la chimenea de uno de aquellos volcanes, cuyo cono se extendía por lo que hoy son las colinas Rangwe y las islas de Rusinga y Mfangano, en la costa keniana del lago Victoria. Aunque en el Mioceno el lago Victoria aún no existía. El volcán Kisingiri sufrió una serie de erupciones explosivas que cubrieron de cenizas un área de más de cien kilómetros de diámetro. Los fósiles cubiertos por aquellas cenizas, desde orugas y bayas hasta primates y elefantes, se han conservado en un estado excelente. Entre 1947 y 1948, Louis Leakey y su esposa, la antropóloga Mary Leakey, llevaron a cabo la primera excavación sistemática en la isla de Rusinga. Allí desenterraron unos quince mil fósiles, entre los que se encontraron restos de Proconsul, un mono arborícola sin cola, de brazos largos, que se desplazaba a cuatro patas sobre las ramas.
12/23/20210
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Los tapejáridos, pterosaurios arborícolas

Hace unos 125 millones de años, a principios del Cretácico, apareció en Eurasia un grupo de pterosaurios con unas características únicas, que los paleontólogos han agrupado en la familia de los tapejáridos. Estos pterosaurios, de tamaño pequeño o mediano, presentan una cresta ósea sobre el hocico, que en algunas especies sostiene una cresta aún mayor de tejido blando y fibroso, hecha de queratina, que se extiende hacia arriba y hacia atrás sobre el cráneo. Aunque tenían los ojos pequeños, su vista era excelente, mucho mejor que la de otros pterosaurios, y probablemente era el sentido que más utilizaban. En lugar de dientes, tienen un pico grueso de queratina semejante al de los loros. Los hombros son estrechos y bajos, de manera que las alas se unen al cuerpo más cerca del abdomen que de la espalda; su silueta recuerda a la de algunos aviones.
11/28/20210
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Los fósiles de Chengjiang.

Yunnan es hoy en día una región montañosa del sur de China que goza de un clima subtropical húmedo, pero hace unos 520 millones de años, en el Cámbrico inferior, se encontraba bajo el mar, cerca de la costa del supercontinente de Gondwana. Allí existía uno de los primeros ecosistemas complejos que conocemos y sus restos se han conservado de forma extraordinaria en los yacimientos de Chengjiang. Los fósiles se extienden por diez mil kilómetros cuadrados y se conservan no solo los esqueletos y tejidos duros, sino también las partes blandas y los rastros de una gran variedad de organismos que constituyen un testimonio de la diversificación de la vida en la Tierra. En uno de los yacimientos se han encontrado cientos de especímenes juveniles, lo que ha permitido además estudiar el desarrollo de muchos de estos animales.
10/23/20210
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Kolponomos, de oso a pinnípedo.

En 1957 se encontró en las cercanías del faro de Slip Point, en la costa de Washington, al sur de la isla canadiense de Vancouver, una mandíbula y un fragmento de cráneo, restos fósiles de un mamífero carnívoro desconocido. En 1960, el paleontólogo Ruben A. Stirton, del Museo de Paleontología de la Universidad de Berkeley, creó para ellos la nueva especie Kolponomos clallamensis, aunque no sin polémica. Años después, tras la aparición de otros restos se llegó a la conclusión de que Kolponomos fue uno de los primeros intentos de vuelta al medio acuático de la línea evolutiva que, a partir de los osos, o más bien de sus antepasados, condujo a la aparición de los pinnípedos: focas, morsas y leones marinos. Vivía en la costa noroeste de Norteamérica, y ocupaba un nicho semejante al de dos mamiferos marinos actuales: la nutria marina y la morsa.
9/21/20210
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Halszkaraptor, el dinosaurio cisne.

Halszkaraptor vivió en Mongolia a finales del Cretácico, hace unos 75 millones de años. Es un dinosaurio bípedo del tamaño de un pato, o seguramente algo más grande: el esqueleto que conocemos corresponde a un joven de un año de edad. La cabeza mide siete centímetros de largo. El hocico, largo y aplanado, con forma de cuchara, está muy vascularizado; probablemente estaba dotado con órganos sensoriales muy sensibles. El cuello es muy largo, constituye la mitad de la longitud total del animal. Los brazos son cortos; las patas traseras, largas y fuertes; y la cola, corta y flexible.
7/1/20210
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Los gondwanaterios, mamíferos primitivos del hemisferio sur

En 1988, el paleontólogo estadounidense Timothy Rowe definió los mamíferos como un grupo terminal, lo que en términos filogenéticos se refiere al grupo formado por el ancestro común de todos los mamíferos vivientes y todos sus descendientes, extintos o no. Sin embargo, hay algunos grupos de fósiles cuya posición en el árbol evolutivo no está clara, no sabemos si son verdaderos mamíferos, o si se ramificaron antes de la aparición de estos. Uno de estos grupos es el de los gondwanaterios, que toman su nombre del supercontinente de Gondwana, formado por Sudamérica, África, Arabia, Madagascar, la India, Australia y la Antártida, que se empezó a disgregar en el Jurásico. Los gondwanaterios vivieron en estos continentes desde el Cretácico, hace unos setenta millones de años, hasta el Mioceno, hace 17,5 millones de años. Hasta hace muy poco tiempo, solo los conocíamos por dientes y fragmentos de mandíbulas, y por un solo cráneo.
5/20/20210
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Tiktaalik, el pez que salió del agua

Hace ya doce años empezamos este programa de Zoo de fósiles hablando de Acanthostega, el pez de ocho dedos. Acanthostega, que vivió hace unos 365 millones de años, está cerca del antepasado de todos los vertebrados terrestres, aunque él mismo era un animal acuático, sus patas eran incapaces de sostenerlo fuera del agua. Esto no quiere decir que no hubiera otros vertebrados terrestres en esa época, o incluso antes; seguramente Acanthostega descendía de un linaje de especies terrestres que volvieron prematuramente al agua. Nuestro protagonista de hoy, Tiktaalik, era capaz de arrastrarse por tierra firme como una foca, y es más antiguo que Acanthostega: Vivió en lo que hoy es la isla de Ellesmere hace unos 375 millones de años, a finales del Devónico.
4/22/20210
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Dilophosaurus, el dinosaurio con dos crestas.

Hace 193 millones de años, a principios del Jurásico, el clima del centro-oeste de los Estados Unidos, por entonces en el interior de Pangea, era cálido y seco. En las orillas de los ríos crecían bosquetes de coníferas rodeados de desiertos arenosos. En estos oasis encontramos multitud de animales, en la cúspide de la pirámide ecológica se encuentra Dilophosaurus, un dinosaurio de unos siete metros de longitud, algo menos de dos metros de altura, y cuatrocientos kilos de peso. Era el animal terrestre más grande de Norteamérica en su época. El rasgo más distintivo de esta especie es el par de crestas longitudinales que recorren la parte superior del cráneo. Estas crestas semicirculares, formadas por hueso muy delgado, no se han conservado completas en ningún espécimen, y probablemente estaban recubiertas de queratina, así que no conocemos su aspecto ni su tamaño real. Tampoco sabemos qué función tenían; parecen débiles para usarlas en combates, y posiblemente eran reclamos visuales para el reconocimiento de la especie o para atraer pareja.
3/17/20210
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Los albanerpetóntidos, salamandras con escamas.

Hace solo dos millones de años, a principios del Pleistoceno, había en el mundo cuatro estirpes de anfibios. Hoy solo tenemos tres: las ranas y sapos, de cuerpo corto y grueso, patas traseras más largas que las delanteras, y generalmente sin cola; las salamandras y tritones, de cuerpo largo y cilíndrico, patas cortas y cola larga; y las cecilias, que no tienen patas. La cuarta estirpe es la de los albanerpetóntidos, de la que conocemos entre diez y veinte especies repartidas en seis géneros, y que vivieron desde mediados del Jurásico hasta el Pleistoceno. Los albanerpetóntidos son animales pequeños, de pocos centímetros de longitud, semejantes a lagartijas o salamandras con la piel cubierta de escamas óseas parecidas a las de los peces.
2/20/20210
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Los osos chatos de América.

Hace unos diez millones de años, a finales del Mioceno, vivía en Norteamérica Plionarctos, el primer miembro conocido de la subfamilia de los tremarctinos, los osos de hocico corto. A pesar de su nombre común, el hocico de los tremarctinos no es más corto que el de otros osos; es más grueso, y por eso parece más corto. Plionarctos era un oso relativamente pequeño, con machos de unos ciento ochenta kilos y hembras de solo sesenta kilos. En contraposición a él, en Norteamérica también evolucionó un oso gigante de hocico corto: Arctodus. Arctodus era enorme, se han encontrado marcas de garras en una cueva de Missouri a 4,60 metros de altura sobre el suelo; el oso que las hizo debía alcanzar 3,70 metros de altura puesto en pie.
1/23/20210
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Kongonaphon y Azendohsaurus

Este año 2020 se ha publicado la descripción científica de Kongonaphon, descubierto en 1998 en la formación Isalo II, en el sudoeste de Madagascar. Kongonaphon vivió a mediados del Triásico, hace unos 230 o 240 millones de años. Su nombre, una mezcla de malgache y griego, significa “asesino de bichos“y fon, variante del griego antiguo foneós, “asesino”. Kongonaphon se caracteriza por sus patas largas y delgadas, y se calcula que su altura total no pasaba de diez centímetros. La mandíbula es ancha y alta, semejante a la de los primeros pterosaurios. Los pocos dientes conservados son cónicos y lisos, con hendiduras irregulares, lo que sugiere que era insectívoro. En Isalo II también se han descubierto los restos fósiles de Azendohsaurus, un reptil arcosauromorfo herbívoro de dos o tres metros de longitud. Azendohsaurus debió de ser uno de los primeros animales grandes que se alimentaba de hojas y otro material blando de las copas de los árboles.
12/4/20200
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Deinonychus, la garra terrible.

Hace unos 110 millones de años, en el Cretácico Inferior, vivía en los Estados Unidos Deinonychus, un dinosaurio depredador de hasta tres metros y medio de largo emparentado con el velocirraptor. Sus fósiles se han encontrado en los estados de Montana, Utah, Wyoming, Oklahoma y Maryland. Deinonychus vivía en bosques tropicales y subtropicales pantanosos, semejantes a los pantanos de la actual Luisiana. Allí habitaban también cocodrilos y dinosaurios, como el gran depredador Acrocanthosaurus y varias especies de herbívoros: el acorazado Sauropelta, el enorme Sauroposeidon y Tenontosaurus, del que ya hemos hablado en Zoo de fósiles. Michael Crichton se basó en este dinosaurio para crear los velocirraptores de su novela “Parque Jurásico”. Les cambió el nombre simplemente porque “velocirraptor” le parecía más dramático.
10/29/20200
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El espinosaurio, un dinosaurio acuático.

Hace poco más de un siglo, en 1910, una expedición científica dirigida por el paleontólogo alemán Ernst Stromer llegaba a Alejandría, en Egipto, en busca de mamíferos fósiles. Pero los fósiles que encontraron no eran de mamíferos, sino de dinosaurios, los primeros que se descubrían en aquel país. Por desgracia, la colección de fósiles de Stromer, que se conservaba en el museo de Múnich, fue destruida por un bombardeo de la aviación aliada la noche del 24 de abril de 1944, durante la Segunda Guerra Mundial. Entre los dinosaurios descubiertos por Stromer en Egipto estaba uno de los mayores dinosaurios depredadores que conocemos: el espinosaurio.
10/1/20200
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Nutrias gigantes.

Hace unos pocos siglos, algunos machos de nutria gigante (Pteronura brasiliensis), especie que habita en los ríos y humedales del norte y centro de Sudamérica, alcanzaban los 2,4 metros de longitud; debido a la caza intensiva a la que ha sido sometida la especie, hoy en día es muy raro encontrar ejemplares que pasen de 1,8 metros. Aun así, sigue siendo la nutria más larga del mundo, aunque no la más pesada. Este título le corresponde a la nutria marina (Enhydra lutris), que vive en las costas del Pacífico Norte, desde el Japón hasta la Baja California, en México, y alcanza hasta un metro y medio de longitud y 45 kilos de peso. En tiempos pasados, varias especies de nutria por todo el mundo competían en tamaño o incluso dejaban pequeñas a estas dos especies. La más grande, Megalenhydris barbaricina, alcanzaba los tres metros de longitud y vivía en la isla de Cerdeña, hace entre setenta mil y doce mil años.
7/3/20200
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Los endocéridos, los primeros cefalópodos gigantes.

Hace unos 460 millones de años, a mediados del periodo Ordovícico, en los mares y océanos la vida volvía a diversificarse después de las extinciones de finales del Cámbrico. En la llamada radiación ordovícica, que se desarrolló a lo largo de unos cuarenta millones de años, el número de órdenes marinos se duplicó, el de familias se triplicó, y también aumentó la complejidad de los organismos. Los trilobites, graptolites, braquiópodos, bivalvos y otros supervivientes del Cámbrico compartían las aguas con grupos recién llegados, como los escorpiones marinos, los briozoos y los peces con mandíbulas. El grupo de cefalópodos más abundante en el Ordovícico era el de los nautiloideos, que se caracterizan por su concha externa y por tener dos pares de branquias. Algunos nautiloideos alcanzaron tamaños enormes; es el caso de los endocéridos. El espécimen más grande descubierto pertenece a la especie Endoceras giganteum; se calcula que la longitud total de la concha llegaba a los cinco metros y setenta centímetros.
5/22/20200
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Las tierras altas de Pangea y los primeros herbívoros.

Hace unos 280 millones de años, en el Pérmico inferior, el bosque de Turingia, en el centro de Alemania, era una meseta de clima tropical en las montañas centrales de Pangea, cuyos vestigios se han conservado en los yacimientos de la formación de Tambach. Estos yacimientos de tierras altas son una rareza; la mayor parte de los yacimientos paleontológicos del mundo corresponden a mares o a tierras bajas. os vertebrados más abundantes en Tambach son herbívoros. Uno de estos herbívoros es Eudibamus, un pequeño reptil de unos veinticinco centímetros de longitud y menos de un kilo de peso. Su cabeza es triangular, con el hocico redondeado y pequeños dientes puntiagudos. Pero lo más llamativo son sus patas traseras, mucho más largas y fuertes que las delanteras. Eudibamus es el tetrápodo bípedo más antiguo conocido; era capaz de correr a gran velocidad sobre sus patas traseras para escapar de los depredadores.
4/23/20200
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Sinosauropteryx, el dinosaurio mapache.

Hace diez años, en 2010, se publicó el primer estudio, basado en pruebas físicas, en el que se describía la coloración de varias especies de dinosaurios. Uno de esos dinosaurios era Sinosauropteryx. Algunos fósiles de este dinosaurio muestran una alternancia de franjas claras y oscuras en la cola. Aunque en un principio esta alternancia se interpretó como un artefacto producido al separar el molde del contramolde de la roca que contenía el fósil, ya en 2002, el paleontólogo británico Nicholas Longrich sugirió que las bandas eran demasiado regulares, y que podían corresponder a la preservación de diferentes pigmentos de las plumas del animal.
3/18/20200
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Los creodontos, carnívoros antes de los carnívoros.

Hace unos 42 millones de años, a mediados del Eoceno, aparecieron los primeros Carnívoros en Norteamérica. No quiero decir con esto que antes de esa fecha no hubiera animales que comieran carne, estoy hablando del orden de los Carnívoros, el grupo de mamíferos que comprende hienas, mangostas, ginetas y civetas, félidos, cánidos, osos, mapaches y coatíes, mustélidos, mofetas, leones marinos, morsas, focas… Antes de que los Carnívoros verdaderos fueran los depredadores dominantes, otros grupos de mamíferos ejercieron ese papel. Uno de estos grupos fue el de los Creodontos. Los Creodontos aparecieron en el Paleoceno, hace unos 63 millones de años, en Norteamérica, donde se convirtieron en los depredadores terrestres dominantes. A finales de ese periodo, hace unos 61 millones de años, se extendieron a África, y en el Eoceno llegaron a Europa y Asia.
2/13/20200
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Ovatiovermis, el gusano aplaudidor.

Ovatiovermis es un pequeño animal alargado, de unos ocho centímetros de longitud, con aspecto de gusano y nueve pares de patas carnosas, gruesas y flexibles, de forma más o menos cónica, llamadas lobópodos. Los dos primeros pares de lobópodos son más largos, con unos veinte pares de espinas distribuidas a todo lo largo de cada uno, como en un peine, y una garra doble en el extremo. No tiene una cabeza diferenciada. En el extremo anterior del animal se encuentra la boca, con una trompa eversible, esto es, que se puede guardar en el interior de la boca volviéndose del revés. Tiene también dos pequeños ojos de una décima de milímetro de diámetro. Ovatiovermis es un animal filtrador. Con los tres pares traseros de patas se agarra a un punto elevado del sustrato, una roca, un coral o una esponja, yergue el cuerpo y estira y levanta el resto de los lobópodos para capturar con sus peines de espinas cualquier partícula de alimento que arrastre la corriente. En pie sobre sus patas traseras y agitando las delanteras en la corriente, Ovatiovermis parece que esté aplaudiendo.
1/17/20200
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El yacimiento de Messel.

Los fósiles de Messel, un yacimiento situado en el centro-oeste de Alemania, 35 kilómetros al sudeste de Frankfurt, se formaron durante el Eoceno medio, hace unos 47 millones de años. Por aquel entonces, la región era una selva subtropical situada en una zona muy activa geológicamente. En el yacimiento se han encontrado esqueletos completos totalmente articulados, contenidos estomacales, pieles, plumas, tejidos blandos… en un estado de conservación excelente. Se ha propuesto que la abundancia de animales terrestres encontrados en el yacimiento se podría explicar por erupciones límnicas como la que ocurrió en 1986 en el lago Nyos, en Camerún, cuando la liberación súbita del dióxido de carbono disuelto en el agua del lago mató a unas mil ochocientas personas y varios miles de cabezas de ganado. Otra teoría, avalada por la presencia de trazas de toxinas en los sedimentos, apunta a un envenenamiento estacional de las aguas del lago debido al florecimiento de cianobacterias.
12/5/20190
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Thalassodromeus, el corredor del mar.

Hace unos ciento diez millones de años, a principios del Cretácico, el clima del nordeste de Brasil era tropical, semejante al de hoy en día. En la región habitaban cocodrilos, dinosaurios, tortugas y una gran variedad de pterosaurios, entre los que destaca por su gran tamaño Thalassodromeus. Solo conocemos esta especie por un cráneo roto y algunos fragmentos dudosos, pero es suficiente para distinguirlo de otras especies conocidas. Thalassodromeus, significa “corredor del mar”, porque los autores de la descripción, los paleontólogos brasileños Alexander Kellner y Diogenes de Almeida Campos, encontraron semejanzas entre el pico y el cráneo de Thalassodromeus y los del rayador americano (Rynchops niger), un ave de las costas y ríos de América.
11/6/20190
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La fauna de Saint Bathans.

Hace entre 16 y 19 millones de años, a finales del Mioceno Inferior, gran parte de la llanura de Maniototo, en la isla sur de Nueva Zelanda, estaba ocupada por un lago poco profundo, al que se le ha dado el nombre de Manuherikia, que en maorí significa “grito de pájaro atado”. El lago Manuherikia estaba rodeado por un humedal, con amplia vegetación en cuyos árboles revolotean las palomas y, sobre todo, los loros. Hay cuatro especies de loros nestóridos del género Nelepsittacus, emparentados con los loros kea y kaka actuales, del género Nestor. Entre ellos está el loro más grande conocido, tan grande que, cuando en 2008 se descubrieron sus restos, se confundieron con los de un águila. No fue hasta 2019 que se publicó la descripción de esta nueva especie de loro, que recibió el nombre de Heracles.
10/1/20190
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Paleodictyon, el misterio de las profundidades.

Hace casi medio siglo, en 1976, el oceanógrafo estadounidense Peter Rona hizo un descubrimiento que le cambió la vida. Se encontraba en su oficina de Florida, estudiando las fotografías que unas semanas antes había tomado una cámara montada sobre un trineo que recorría el fondo del Atlántico, a más de tres kilómetros de profundidad, remolcada por un barco de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica estadounidense. En algunas de esas fotos, hasta un centenar de ellas, aparecían unos extraños alineamientos de agujeros que a primera vista le hicieron pensar que le estaban gastando una broma. Aquello parecía un panal de abejas hexagonal, ¡en el fondo del océano! Pero no, la imagen era real. Aunque se han identificado como rastros fosilizados de Paleodictyon nodosum, la realidad es que la criatura que los creó sigue siendo un enigma.
6/26/20190
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Mussaurus, el dinosaurio ratón.

Hace casi medio siglo, en 1976, una expedición paleontológica argentina de la Universidad Nacional de Tucumán, dirigida por el paleontólogo José Fernando Bonaparte, descubrió en el yacimiento de El Tranquilo, en el sur de Argentina, los restos fósiles de varios individuos de una nueva especie de dinosaurio, al que bautizaron por su pequeño tamaño con el nombre de Mussaurus, el “lagarto ratón”. Los esqueletos, incompletos, medían unos treinta centímetros de longitud, de los que la mitad correspondía a la cola. Pero este pequeño tamaño tenía una explicación: se trataba de ejemplares recién nacidos, que se encontraban en un nido junto a dos huevos sin eclosionar. Los primeros adultos de Mussaurus fueron descritos en 1980 por el paleontólogo argentino Rodolfo Casamiquela, su tamaño ya no tenía nada que ver con un ratón, pero el nombre quedó.
5/28/20190
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Los hupehsuquios, ¿ictiosauros acorazados?

Hace unos años hablamos aquí de Cartorhynchus, pariente próximo de los ictiosaurios, y decíamos que su descubrimiento había arrojado luz sobre la hasta entonces desconocida ubicación de esos reptiles marinos en el árbol evolutivo. Por lo que ahora sabemos, los parientes más próximos de los ictiosaurios son los hupehsuquios, un grupo de reptiles acuáticos que vivió a principios del Triásico, hace unos 250 millones de años. Fue un grupo efímero, que prosperó en los mares triásicos solo durante unos pocos millones de años. Los hupehsuquios toman su nombre de la provincia china de Hubei, donde se han encontrado todos ellos. Los hupehsuquios tenían una vida completamente acuática; su anatomía hace imposible que pudieran desplazarse en tierra. Por consiguiente, como los ictiosaurios, debían de ser vivíparos, y parir sus crías en el agua.
4/26/20190
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Los sacacorchos del diablo.

Hace siglo y medio, a mediados del siglo XIX, los rancheros del condado de Sioux, en la esquina noroeste de Nebraska, empezaron a encontrar unas extrañas estructuras semienterradas a las que llamaron “sacacorchos del diablo”. Se trataba de espirales verticales de roca, más gruesas que un brazo y de hasta tres metros de altura, que la erosión estaba sacando a la luz en las laderas de las colinas. En 1905, por fin, se identificó al artífice de los sacacorchos: una especie extinta de castor llamada Palaeocastor que habitó en las tierras baldías norteamericanas durante el Oligoceno y parte del Mioceno, hace entre treinta y veintitrés millones de años.
3/22/20190
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Beelzebufo, el sapo gigante.

Hace setenta millones de años, a finales del Cretácico, Madagascar ya era una isla, que se había separado unos millones de años antes de África y de la India. En el noroeste de Madagascar, el clima era cálido y árido, con largas estaciones secas y escasas lluvias. Tortugas, serpientes, lagartos, cocodrilos, dinosaurios y aves vivían en la región. También vivía allí el sapo más grande conocido: Beelzebufo ampinga. Beelzebufo mide cuarenta centímetros de longitud y su peso se estima en unos cuatro kilos y medio. Los primeros fósiles de Beelzebufo fueron descubiertos en 1993 por el paleontólogo David Krause, de la Universidad Estatal de Nueva York en Stony Brook, en la Formación Maevarano, un yacimiento situado en la provincia de Mahajanga, en el noroeste de Madagascar.
2/21/20190
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Dickinsonia, el animal más antiguo

Los fósiles de Dickinsonia son moldes en lechos de arenisca. Miden entre unos milímetros y casi metro y medio de largo, con un espesor de entre una fracción de milímetro y unos pocos milímetros. Su cuerpo ovalado, que carece de boca y de ano, tiene un extremo más ancho que el otro. Dickinsonia se ha interpretado como una medusa, un coral, un gusano poliqueto, una planaria, una anémona, un cordado o incluso un hongo, un líquen o un organismo unicelular gigante. Dos descubrimientos recientes apuntan a que Dickinsonia era un animal. Los primeros fósiles de Dickinsonia se descubrieron en los montes Flinders, en Australia Meridional, en 1947. El geólogo australiano Reginald Sprigg les dio el nombre de Dickinsonia en honor de su jefe, Ben Dickinson, director de minas de Australia Meridional.
1/22/20190
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Eusaurosphargis, el reptil acuático que volvió a tierra.

Hace poco más de un siglo, en 1893, el paleontólogo franco-belga Louis Dollo presentó ante la Sociedad Belga de Geología, Paleontología e Hidrología sus ideas sobre la evolución. Allí enunció por primera vez la que se conoce desde entonces como “ley de Dollo”, un principio empírico según el cual un organismo no puede volver a un estado anterior de su línea evolutiva. Cuando se da una reversión evolutiva aparente, el camino evolutivo que lleva al resultado es completamente distinto del camino original. Desde que un pez ancestral salió del agua, hace casi cuatrocientos millones de años, varios de sus descendientes, tetrápodos terrestres, han vuelto al agua. Y de los descendientes de estos, ahora sabemos que, al menos uno, Eusaurosphargis, volvió de nuevo a tierra firme. Eusaurosphargis dalsassoi, vivió hace 243 millones de años y presenta ciertos rasgos que parecen intermedios entre las tortugas y otros reptiles, aunque ahora sabemos que no se trata de un antepasado de las tortugas.
12/14/20180
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Arsinoitherium, el animal de la reina Arsínoe

La ciudad de Fayún, al suroeste de El Cairo, tuvo diversos nombres a lo largo de la historia: Fue Shedet para los egipcios y Cocodrilópolis para los griegos. En el siglo III a.C., bajo la dinastía ptolemaica, el faraón Ptolomeo II Filadelfo la rebautizó con el nombre de su hermana y esposa Arsínoe II, que fue deificada tras su muerte. Fayún es un oasis en medio del desierto pero, 30 millones de años antes, allí existía una región pantanosa costera rodeada de manglares y selvas tropicales habitada por tortugas gigantes, serpientes, cocodrilos, elefantes y otros muchos animales que dejaron sus restos en el terreno sobre el que se encuentran las ruinas del templo de Arsínoe. Allí se han descubierto los primeros fósiles de un animal herbívoro ramoneador que recuerda a un rinoceronte y que, en honor a la reina egipcia, recibe el nombre de Arsinoitherium.
11/14/20180
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Pteranodon, un gran pterosaurio con cresta

Hace unos 85 millones de años, a finales del Cretácico, Norteamérica estaba dividida en dos por un mar interior cálido y poco profundo que cruzaba el continente de norte a sur, desde el Ártico hasta el Caribe. Era el mar de Niobrara. En sus costas vivían aves y pterosaurios que se alimentaban de los peces que proliferaban en sus aguas. Uno de los pterosaurios más abundantes en la región, y también uno de los más grandes, era Pteranodon, cuyos fósiles se han encontrado en los estados de Kansas, Alabama, Nebraska, Wyoming y Dakota del Sur. Pteranodon es uno de los pterosaurios más populares; con su característica cresta aparece en muchas películas, desde la versión de 1925 de “El mundo perdido” y la de 1933 de “King Kong”, hasta “Dinosaurio” de Disney, en 2000, y la franquicia de “Parque Jurásico”.
10/11/20180
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Caihong, el dinosaurio arcoíris

Hace unos años, en febrero de 2014, el Museo Paleontológico de Liaoning, en el nordeste de China, adquirió un fósil que había sido descubierto por un campesino llamado Yang Jun en una cantera próxima a la aldea de Nanshimenzi, en la vecina provincia de Hebei. Se trataba de un pequeño terópodo que se había conservado casi completo, incluso con tejidos blandos y plumaje, aplastado entre dos lajas de piedra. Tras una laboriosa preparación, el fósil fue descrito en 2018 con el nombre de Caihong juji. Ambas palabras proceden del chino; Caihong significa “arcoíris” y juji, “gran cresta”. El nombre alude a su colorido plumaje y a las crestas de hueso que adorna su cabeza.
9/12/20180
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Diprotodon, el mayor marsupial de todos los tiempos

Hace casi doscientos años, en los años treinta del siglo XIX, sir Thomas Mitchell, director del Catastro de Nueva Gales del Sur, envió al célebre anatomista inglés Richard Owen unos huesos encontrados en una cueva cerca de Wellington, al noroeste de Sídney. Owen publicó la descripción del nuevo animal, al que llamó Diprotodon, en 1838. Se trataba de un marsupial cuadrúpedo enorme, parecido a un oso panda o a un rinoceronte sin cuernos, con unos característicos incisivos inferiores de hasta treinta centímetros de longitud, semejantes a los de los roedores, que son los que le dan su nombre: diprotodon significa en griego antiguo “dos primeros dientes”.
6/21/20180
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Gastornis, el ave de Gastón

Hace siglo y medio, en 1855, el físico Gaston Planté, por entonces profesor ayudante de física aplicada en el Conservatorio Nacional de Artes y Oficios de Francia, descubrió unos huesos fósiles en una excursión que realizó con sus alumnos al yacimiento de arcillas plásticas de Meudon, al sudoeste de París. Planté puso los restos a disposición de Louis Constant Prévost, catedrático de geología de la Sorbona, que los presentó ante la Academia de Ciencias el 12 de marzo de ese mismo año. Aunque fue su sucesor en la cátedra, Edmond Hébert, quien publicó la descripción científica de los restos, que resultaron ser los de un ave gigante, a la que puso el nombre de Gastornis parisiensis, “ave de Gaston parisiense”, en honor de su descubridor.
5/23/20180
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Los primeros árboles

En la década de 1920, la ciudad de Nueva York, necesitada de agua, planificó la construcción de una presa en Gilboa. La población tuvo que ser trasladada, y el Museo Estatal de Nueva York llevó a cabo una búsqueda exhaustiva que sacó a la luz unos cincuenta tocones fósiles de hasta dos metros de diámetro. Hace 385 millones de años, allí crecía el bosque del que formaban parte los fósiles de Gilboa, el más antiguo que conocemos. En 2005, un grupo internacional de paleontólogos del Museo Estatal de Nueva York y las universidades de Binghamton (Nueva York) y Cardiff, en el Reino Unido, encontró un ejemplar intacto, completo, de árbol petrificado en las proximidades del yacimiento original, que por primera vez conservaba, además del tocón del tronco, la copa.
4/19/20180
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Psittacosaurus, el lagarto loro.

Hace unos 110 millones de años, a principios del Cretácico, el clima era más cálido que en la actualidad. Aunque nevaba en invierno, los polos estaban libres de hielo, y extensos bosques cubrían las latitudes medias. Un brazo de mar separaba Europa de Asia. En este último continente vivía Psittacosaurus, el lagarto loro. Es un pariente lejano de los ceratopsios o dinosaurios cornudos como Triceratops, aunque no su antepasado directo, entre otras cosas porque Psittacosaurus tiene cuatro dedos en las manos y los pies, mientras que los ceratopsios conservan los cinco dedos originales de los vertebrados terrestres. El cerebro de Psittacosaurus es relativamente grande; y el olfato, la vista y el equilibrio están muy desarrollados. Varias protuberancias, semejantes a pequeños cuernos, se proyectan alrededor de los ojos; también hay una a cada lado del cráneo, el llamado cuerno yugal. La cabeza de Psittacosaurus recuerda a la de un loro: El cráneo es alto y corto, con los grandes ojos muy adelantados y un pico robusto, que probablemente estaba cubierto en vida por una funda afilada de queratina para cortar las plantas de las que se alimenta.
3/23/20180
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El bibymalagasy, falso cerdo hormiguero de Madagascar.

En 1895, el naturalista francés Henri Filhol describió una nueva especie a partir de un cráneo incompleto hallado en una cueva cercana a Belo sur Mer, en la costa oeste de Madagascar. Catalogó la nueva especie como pariente del cerdo hormiguero, que habita en sabanas y selvas del África subsahariana. Posteriormente, el paleontólogo Charles Lamberton revisó los fósiles y descartó el parentesco y en los años setenta del siglo XX, el paleontólogo Bryan Patterson volvió a incluirlo en los tubulidentados, el grupo del que el cerdo hormiguero es el único representante viviente. En 1994, el paleontólogo británico Ross McPhee realizó el análisis comparativo más extenso hasta la fecha, y llegó a la conclusión de que era necesario crear un nuevo orden para este animal. Lo bautizó con el nombre informal de “bibymalagasy”, a partir de las palabras malgaches biby, “animal”, y malagasy, “malgache”, y creó para él el orden Bibymalagasia.
2/21/20180
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Arthropleura, el ciempiés gigante.

Hace unos trescientos millones de años, a finales del Carbonífero, entre altísimos licopodios y equisetos, helechos arborescentes y las primeras coníferas, podemos encontrar anfibios, reptiles primitivos y una gran diversidad de invertebrados: arañas, escorpiones, insectos y miriápodos. Entre ellos destaca Arthropleura, un miriápodo, pariente de los ciempiés y milpiés actuales, que con más de dos metros y medio de longitud es considerado el mayor invertebrado terrestre de todos los tiempos. Tiene el cuerpo aplanado, de hasta medio metro de ancho, formado por unos treinta segmentos articulados. Cada segmento está cubierto por dos placas laterales y una placa central y protegido con cortas púas.
1/19/20180
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Shringasaurus, el lagarto cornudo

Shringasaurus es un cuadrúpedo herbívoro corpulento de tres a cuatro metros de longitud. Su nombre procede del sánscrito shringa, “cuerno”, y del griego sauros, “lagarto”. Shringasaurus, que ha sido descrito por científicos de la India y Argentina este mismo año de 2017, vivió hace unos 245 millones de años, a mediados del Triásico. Su aspecto era muy peculiar. El cráneo, de forma rectangular y relativamente pequeño, en algunos individuos presenta un par de cuernos de hueso anchos y cortos, de forma cónica, que se proyectan hacia arriba y hacia adelante desde la parte superior del cráneo, sobre los ojos, y que en vida debían de estar cubiertos de una funda córnea. Los cuernos crecen en longitud y en grosor con la edad. En los ejemplares jóvenes son rectos, y con la edad se van curvando hacia delante.
12/22/20170
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Llallawavis, el ave magnífica

En 2015, un grupo de paleontólogos argentinos publicaron la descripción de una nueva especie de forusrácido, unas aves depredadoras corpulentas e incapaces de volar, con pico ganchudo muy robusto y garras fuertes y afiladas, que nos recuerdan a los tiranosaurios y otros grandes dinosaurios carnívoros. Los investigadores llamaro a la nueva especie “Llallawavis scagliai” en honor de Galileo Juan Scaglia, naturalista argentino del siglo XX. Llallawavis, según los descubridores, procede del quechua llallawa, que significa “magnífico”, y del latín avis, “ave”, por el excelente estado de conservación del fósil. Además, Llallawa es también el nombre de varias montañas en Bolivia y Perú, y el nombre de un espíritu benigno que, en la mitología andina, trae la abundancia a la cosecha de la patata.
11/15/20170
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Los lémures gigantes

Hace cinco siglos, cuando los primeros europeos llegaron a Madagascar, recogieron de los nativos relatos sobre extraños animales que vivían en las profundidades de las selvas de la isla. Étienne de Flacourt, que fue gobernador de la colonia francesa de Fort-Dauphin entre 1648 y 1655, escribió en su obra L’histoire de le grande île de Madagascar (“Historia de la gran isla de Madagascar”): “Tretretretre o tratratratra es un animal tan grande como un ternero de dos años, que tiene la cabeza redonda y cara humana; los pies delanteros como un mono, y los pies traseros también. Tiene el pelo rizado, la cola corta y las orejas como las de un hombre. […] Es un animal muy solitario; las gentes del país le tiene mucho miedo y huyen de él tanto como él huye de ellos.” En Madagascar no hay monos; sino lémures.
10/11/20170
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Las Hoyas, un yacimiento excepcional.

Capítulo número 100 del podcast “Zoo de Fósiles” dedicado al yacimiento de Las Hoyas. Hace tres décadas, en los años ochenta del siglo XX, un aficionado a los fósiles, Armando Díaz Romeral, descubrió el que resultaría ser uno de los yacimientos paleontológicos mejor conservados del mundo, el yacimiento de Las Hoyas, en La Cierva, cerca de la ciudad de Cuenca. Desde entonces, las sucesivas campañas de excavación han sacado a la luz un complejo ecosistema que nos muestra cómo era aquella zona en el Cretácico inferior, hace unos 125 millones de años. Por aquellos tiempos, Las Hoyas era una región pantanosa cruzada por canales y salpicada de lagos y charcas, un humedal subtropical semejante a los Everglades de Florida. En el fondo de una laguna de agua dulce se fueron depositando los restos de diversos animales y plantas en láminas de piedra caliza, de grano tan fino que han preservado la anatomía de aquellos seres vivos con un grado de detalle excepcional.
9/5/20170
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Limusaurus, el dinosaurio del fango

Hace unos ciento sesenta millones de años, la formación de Shishugou, en el desierto de Gobi, en el noroeste de China, era una región boscosa. Junto a una pequeña cadena de montañas con volcanes activos había una zona pantanosa con un fango viscoso que se acumula en pozos. En uno de los pozos se encontraron tres Limusaurus bajo dos depredadores de la especie Guanlong wucaii. Tras la caída de los tres Limusaurus, el primer depredador, un ejemplar joven, intentó comerselos; quedó atrapado a su vez, y el segundo depredador, adulto, trató después de comerse al primero, al que logró romper el cuello antes de morir. Sus fósiles han permitido la descripción de Limusaurus.
6/8/20170
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Dunkleosteus, el superdepredador de los mares

Hace 370 millones de años, a finales del Devónico, el extenso y profundo océano Panthalassa rodeaba los continentes de Siberia, Euramérica y Gondwana. En él vivían peces acorazados (placodermos), uno de cuyos grupos, los artrodiros, se han convertido en los vertebrados más diversos y con más éxito del Devónico; entre sus miembros hay desde grandes superdepredadores de varios metros de longitud hasta peces de pocos centímetros que se alimentan de plancton o de detritos. Los artrodiros, como todos los placodermos, tienen la cabeza y el cuerpo encerrados en una armadura formada por placas de hueso, pero, a diferencia de otros placodermos, la armadura permite la articulación entre la cabeza y el tronco; de ahí su nombre; artrodiro significa “cuello articulado”. Uno de los mayores artrodiros fue Dunkleosteus.
5/11/20170
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El Solitario de Reunión, el dodo blanco que no era un dodo.

Hace cuatro siglos, los primeros navegantes que visitaron la isla Reunión, en el océano Índico, describieron un ave con el plumaje blanco y las puntas de las alas y la cola negras. La primera mención del Solitario de Reunión procede del cuaderno de bitácora del buque inglés Pearl, el 27 de marzo de 1613: “…una especie de ave con la corpulencia de un pavo, muy gorda, y con las alas tan cortas que no puede volar; es blanca y no es salvaje, igual que todos los pájaros de esta isla, puesto que ninguno de ellos ha sido hasta ahora molestado ni asustado por disparos. Nuestros hombres los abatían con bastones y piedras. Diez hombres mataron bastantes para alimentar a cuarenta personas al día.” El último ejemplar de que se tiene constancia fue visto en 1708.
3/25/20170
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Paraceratherium, el rinoceronte-jirafa.

Hace unos treinta millones de años, en el periodo Oligoceno, los indricoterinos, parientes de los rinocerontes desprovistos de cuernos, florecieron en las llanuras boscosas de Eurasia, desde los Balcanes, pasando por Kazajistán y Pakistán, hasta China y Mongolia. Entre ellos, Paraceratherium transouralicum, con un peso de quince a veinte toneladas, es el mayor mamífero terrestre de toda la historia. Al menos, el conocido por restos fósiles más o menos completos. Paraceratherium transouralicum alcanza una longitud de unos siete metros y medio, y una altura en la cruz de casi cinco metros. Es más alto que cualquier mamut o elefante. Una persona de talla media podría haber pasado por debajo de su vientre sin agacharse. Solo el cráneo mide 1,3 metros de largo y sesenta centímetros de ancho.
2/18/20170
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Eunotosaurus, la primera tortuga.

Eunotosaurus es un pariente próximo de las primeras tortugas. Es un lagarto herbívoro rechoncho de unos treinta centímetros de longitud, con el cuello corto. A diferencia de las tortugas actuales, tiene dientes, y carece de caparazón. Los huesos de los ojos indican que es capaz de ver con poca luz. Las patas delenteras son fuertes, con grandes garras. Sus vértebras, que en los adultos están fusionadas a las costillas, son casi idénticas en número, forma y estructura a las de algunas tortugas. Además, al igual que las tortugas, Eunotosaurus carece de fibras de Sharpey en el borde anterior de las costillas. Estas fibras sirven para conectar las costillas con los músculos intercostales, que sirven para la respiración.
1/19/20170
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Hypuronector, el simiosaurio planeador

Hypuronector, vivió en el Triásico superior, hace unos 215 millones de años, en pleno continente de Pangea, en lo que hoy es Nueva Jersey. El nombre significa “nadador de cola alta”, porque en un principio se pensó que era un reptil acuático que nadaba con movimientos laterales de la cola, como las salamandras y los cocodrilos. Pero hay muchos problemas con esta hipótesis. Las proporciones de las patas, sobre todo las largas patas delanteras, sugieren que podría tratarse de un animal arborícola y planeador, semejante a una ardilla voladora, con membranas entre las patas. En este caso, la cola larga y plana podría servir de timón, para estabilizar el planeo e incluso modificar hasta cierto punto la trayectoria.
12/13/20160
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Dollocaris y los tilacocéfalos

Hace poco más de 160 millones de años, a mediados del Jurásico, el departamento de Ardèche, en el sudeste de Francia, estaba cubierto por un mar de unos pocos cientos de metros de profundidad. Una falla cercana con actividad hidrotermal de fumarolas negras liberaba periódicamente gases tóxicos sulfurosos que provocaban la muerte de muchos animales, que caían al fondo fangoso y quedaban cubiertos muy rápidamente por sedimentos. En el siglo XIX había en el mismo lugar, ya en tierra firme, una mina de hierro en la que aparecieron los fósiles de Dollocaris, un depredador de entre 5 y 20 centímetros de longitud, con una cabeza enorme, ojos inmensos y el cuerpo encerrado en un caparazón del que salen tres pares de largas patas con pinzas. Este año 2016, un equipo de investigadores de diversos centros de Francia, Alemania y el Reino Unido ha realizado un estudio detallado de Dollocaris mediante microtomografía de rayos X que ha incrementado enormemente el conocimiento que tenemos de esta especie.
11/11/20160
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El ibis jamaicano, un púgil temible

Hace casi un siglo, entre 1919 y 1920, el zoólogo estadounidense Harold Elmer Anthony recolectó fósiles del periodo cuaternario en varias cuevas de Jamaica. Como especialista en mamíferos, Anthony dejó de lado los fósiles de ave, que quedaron almacenados, sin clasificar, en el Museo Americano de Historia Natural. Hasta 1977, cuando los ornitólogos estadounidenses Storrs Lovejoy Olson y David William Steadman publicaron la descripción de la especie más extraordinaria entre todos aquellos fósiles de aves: el ibis jamaicano, al que bautizaron con el nombre de Xenicibis xympithecus, “el extraño ibis vecino del mono”, debido a que procedía de la misma cueva en la que se habían encontrado los restos fósiles del primate extinto Xenothix mcgregori.
10/6/20160
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Dimorphodon, el pterosaurio terrestre

Hace casi doscientos años, en diciembre de 1828, la recolectora de fósiles y paleontóloga aficionada Mary Anning descubrió en Lyme Regis, en la costa inglesa del Canal de la Mancha, los primeros restos hoy atribuidos a Dimorphodon, un esqueleto parcial al que le faltaba la cabeza. El reverendo William Buckland, que unos años antes había descrito el primer dinosaurio, el megalosaurio, adquirió los fósiles y, el 5 de febrero de 1829, los presentó ante la Sociedad Geológica de Londres. Tras un estudio concienzudo por parte de los naturalistas William Clift y William John Broderip, la descripción científica de la especie fue publicada en 1835. Buckland llamó a la nueva especie Pterodactylus macronyx. Macronyx, significa “garra grande”, y hace alusión a las grandes garras de las manos de este animal.
9/1/20160
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Las dromornítidas, patos gigantes australianos

Hace casi dos siglos, en 1830, el juez George Ranken encontró fósiles de marsupiales en las cuevas de Wellington, situadas ocho kilómetros al sur de la localidad australiana del mismo nombre, a unos trescientos kilómetros tierra adentro de Sidney. Las cuevas habían actuado como trampa natural durante mucho tiempo, y estaban llenas de fósiles. Poco despues, Ranken regresó a las cuevas acompañado por el explorador escocés Thomas Mitchell, por entonces director del servicio cartográfico de Nueva Gales del Sur. Durante la exploración de las cuevas, uno de los miembros del equipo ató una cuerda a un saliente, que se rompió cuando intentó descender. El saliente resultó ser el fémur de una enorme ave.
3/25/20160
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Los escansoriopterígidos, pequeños dinosaurios trepadores

Hace unos años hablamos en Zoo de fósiles de los sorprendentes mamíferos de Daohugou, que vivieron en el noroeste de China a finales del Jurásico, hace unos 150 o 160 millones de años. En los bosques de aquella región, de clima cálido y húmedo, formados por coníferas, gingkos, cícadas, equisetos y helechos, vivían en la misma época los escansoriopterígidos, un grupo de minúsculos dinosaurios trepadores que se encuentran en la base del árbol evolutivo que llevó a la aparición de las aves.
2/17/20160
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El solitario de Rodrigues

Hace ya seis años hablamos en Zoo de fósiles del dodo, la paloma de la isla Mauricio que había perdido la capacidad de volar. La isla Mauricio forma parte de las islas Mascareñas. Hoy, a petición de uno de nuestros oyentes, vamos a hablar de uno de los vecinos del dodo, que vivó hasta hace pocos siglos en otra isla de ese archipiélago. El solitario (Pezophaps solitaria) era un ave del tamaño de un cisne, y pariente cercano del dodo de Mauricio. Los machos, más grandes, alcanzaban hasta 90 centímetros de altura y 28 kilos de peso; las hembras llegaban a medir 70 centímetros y pesaban hasta 17 kilos.
1/18/20160
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Maiasaura, el dinosaurio maternal

Hace 38 años, en 1977, Marion Brandvold, dueña de una tienda de fósiles y minerales en un pequeño pueblo del noroeste de Montana, descubrió con su hijo David Trexler huesos de dinosaurio en la cercana formación Two Medicine, que se extiende desde ese estado hasta el sur de Alberta, en Canadá. Todos los fines de semana, Marion volvía al mismo lugar, y fue recuperando los restos de lo que parecía un único individuo, que su hijo iba uniendo en la trastienda. Una mañana, en julio de 1978, acertó a pasar por allí un paleontólogo. Jack Horner, de la Universidad de Princeton, se encontraba de vacaciones y entró en la tienda por casualidad. Así comenzó la historia del descubrimiento de Maiasaura el dinosaurio maternal.
11/21/20150
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El rinoceronte lanudo

Hace unos tres millones y medio de años, a mediados del Plioceno, el clima de la Tierra era más cálido que el actual. Pero en la meseta Tibetana el clima era muy frío y parece que fue allí donde aparecieron los antepasados de uno de los animales más célebres de los periodos glaciales, el rinoceronte lanudo. Estos ancestros eran rinocerontes pequeños y esbeltos, al igual que su pariente vivo más cercano, el rinoceronte de Sumatra. Más tarde, cuando el clima de todo el planeta se enfrió, el rinoceronte lanudo extendió por Eurasia y creció de tamaño hasta alcanzar los tres metros ochenta de largo y un peso de dos a tres toneladas. Solo la cabeza medía cerca de un metro de largo.
10/15/20150
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Tortugas gigantes del Cretácico

Hace unos 80 millones de años, a finales del Cretácico, el nivel del mar era más alto que en la actualidad, y un brazo de mar atravesaba las tierras bajas del centro de Norteamérica. Era el mar de Niobrara, o mar Interior Occidental, que en el momento de mayor extensión alcanzó unos mil kilómetros de anchura, unos 750 metros de profundidad y una longitud de más de 3 000 kilómetros, desde el noroeste de Canadá hasta el este de México. Allí vivía Archelon, la tortuga marina más grande de la que tenemos noticia.
9/16/20150
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Hawái antes del hombre, un paraíso perdido

Hace casi noventa años, en 1926, las obras de perforación para el suministro de agua a Pahala, en el sur de la isla de Hawái, sacaron a la luz unos huesos que resultaron ser los primeros fósiles de ave descubiertos en el archipiélago. Los huesos, en estado subfósil, aparecieron a 25 metros de profundidad, bajo un flujo de lava prehistórico y sobre un lecho de cenizas volcánicas. Eran muy quebradizos y se habían deformado por la exposición al calor de la lava de la erupción volcánica que causó la muerte del ave y enterró sus restos. La datación del flujo de lava en el que se encontraron los restos del ave extinta arrojó más tarde una antigüedad de unos 9 000 años. Este descubrimiento fue el principio de una cadena de hallazgos que revelaron la fauna extinta del paraíso hawaiano.
6/14/20150
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Los fósiles de Lo Hueco

Hace unos 70 millones de años, a finales del Cretácico, Europa era un archipiélago. Una de las islas más grandes de ese archipiélago es Iberoarmórica, formada por parte de la península Ibérica y el sur de Francia. La costa este de Iberoarmórica pasa por lo que hoy es la provincia de Cuenca. Cerca de esa costa se extiende una llanura pantanosa cruzada por canales arenosos habitada por una fauna muy variada de anfibios, reptiles escamosos, tortugas, cocodrilos, pterosaurios y dinosaurios. Como consecuencia de una inundación un gran número de restos de animales y plantas quedan enterrados y con el paso del tiempo se convierten en fósiles. En mayo de 2007, esa enorme acumulación de fósiles fue descubierta gracias a la excavación de un falso túnel en las obras del ferrocarril de alta velocidad. Son los fósiles de Lo Hueco.
5/9/20150
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Cartorhynchus, el aprendiz de ictiosaurio.

Hace casi dos siglos, en 1821, los paleontólogos ingleses Henry de la Beche y William Conybeare publicaron la primera descripción sistemática de los ictiosaurios, a los que identificaron como reptiles marinos. Desde entonces, la posición de estos reptiles semejantes a tiburones o delfines en el árbol evolutivo ha sido muy discutida. El 5 de noviembre de 2014, un equipo de paleontólogos de China, Estados Unidos e Italia publicó la descripción de una nueva especie de reptil del triásico inferior que parece ocupar un el hueco que faltaba en la cadena evolutiva de los ictiosaurios, el Cartorhynchus lenticarpus, cuyo nombre significa “hocico corto y muñeca flexible”.
4/7/20150
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Macrauchenia, el último ungulado sudamericano

Hace casi doscientos años, en marzo de 1834, Charles Darwin, embarcado en su célebre viaje alrededor del mundo en el Beagle, envió una carta a su profesor John Stevens Henslow desde las islas Malvinas. En ella se puede leer: “En Puerto San Julián he encontrado huesos muy perfectos de un gran animal, me imagino que un mastodonte. Los huesos de una extremidad posterior son muy perfectos y sólidos. Es interesante, ya que la latitud se encuentra entre los 49 y los 50 grados, y el lugar está muy alejado de las grandes pampas, donde los huesos del mastodonte de dientes estrechos se encuentran con tanta frecuencia.” Pero esta vez, Darwin se equivocaba. Los huesos correspondían a un Macrauchenia.
2/22/20150
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Scleromochlus, un diminuto lagarto saltador

El protagonista de nuestra historia de hoy es Scleromochlus, un diminuto animal parecido a un lagarto de dieciocho centímetros de largo con larguísimas patas traseras. Vivió hace unos 220 millones de años, a principios del Triásico superior, en lo que hoy es Escocia, pero entonces se encontraba tierra adentro, en interior del supercontinente Pangea, lejos de la costa. Igual que muchos habitantes actuales de los desiertos, como por ejemplo los canguros y los jerbos, Scleromochlus era un bípedo saltador, que se desplazaba rápidamente sobre la arena brincando sobre los dedos de los pies.
1/21/20150
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Cien años sin palomas migratorias

Hace cien años, el 1 de septiembre de 1914, moría en el zoo de Cincinnati Martha, el último ejemplar de paloma migratoria (Ectopistes migratorius), una especie que sólo un siglo antes había sido el ave más abundante de Norteamérica y posiblemente del mundo. Se estima que, cuando los europeos llegaron a Norteamérica, había entre tres y cinco mil millones de palomas migratorias; en comparación, el número de palomas comunes en el continente hoy en día es de unos once millones. Durante su periodo de esplendor, una de cada cuatro aves en Norteamérica era una paloma migratoria. Ahora sólo queda el recuerdo.
12/13/20140
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Deinocheirus, la mano terrible

Hace casi cincuenta años, en 1965, la paleontóloga polaca Zofia Kielan-Jaworowska descubrió en el “valle de los dragones” del desierto del Gobi los restos de un dinosurio sorprendente. Sus brazos medían casi dos metros y medio de largo y terminaban en garras de 30 cm de longitud. Los brazos eran lo único que quedaba de él, el resto había que imaginarlo. Así nació para la ciencia nueva especie, Deinocheirus mirificus, que significa “mano terrible peculiar”. Sin cabeza ni pies, el aspecto del dinosaurio fue un misterio hasta que, el 16 de agosto de 2009, un equipo de paleontólogos de Corea, Mongolia, Canadá y Japón descubrió en el yacimiento de Bugiin Tsav, también en el valle de los dragones, nuevos restos. Hoy les invitamos a escuchar la historia.
11/12/20140
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En busca de los primeros animales

Hace 542 millones de años comenzó el periodo Cámbrico. El Cámbrico es el primer periodo de la era Paleozoica, a su vez primera era del eón Fanerozoico. Fanerozoico significa “animales visibles”, porque, cuando se definieron los periodos geológicos, los fósiles sólo se encontraban en los estratos correspondientes a ese eón. No había fósiles más antiguos. Esto ya no es así, como hoy les contamos en este capítulo de Zoo de Fósiles, pero aún hoy, casi todos los grandes grupos de animales aparecen en el registro fósil en los primeros veinte millones de años del periodo Cámbrico; es lo que se llama la explosión cámbrica.
10/14/20140
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Bandadas de pterodáctilos

Hace unos 120 millones de años, la región desértica de Sinkiang, en el noroeste de China, era mucho más húmeda que en la actualidad. Ríos y lagos proporcionaban una abundante fuente de alimento a diversos animales que habitaban en sus orillas. Uno de estos animales era Hamipterus, un pterodáctilo de tamaño medio. Los pterodáctilos son reptiles voladores del grupo de los pterosaurios, con la cabeza grande, el cuello largo y la cola muy corta. Muy lejos de allí, en el sur de Brasil, vivió otro pterodáctilo gregario que ha recibido el nombre de Caiuajara. Aunque sus fósiles fueron descubiertos en 1971, hasta ahora no se había publicado su descripción científica.
9/6/20140
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Más grande que el argentinosaurio

Un grupo de investigadores del Museo Paleontológico Egidio Feruglio de Trelew, en la provincia argentina de Chubut, en la Patagonia, se encontraba trabajando en un yacimiento del centro de la región, en la estancia La Flecha, cerca de la localidad de Las Plumas, cuando se acercó uno de los dueños del campo para decirles que uno de sus trabajadores había encontrado huesos que les parecían de dinosaurio. Los paleontólogos acudieron al lugar del descubrimiento, comenzaron a excavar y, a los pocos días, se dieron cuenta de que se trataba de un dinosaurio realmente muy grande, más grande que el gigante argentinosaurio.
6/3/20140
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Los orígenes del perro

Hace unos 50 millones de años, a principios o mediados del Eoceno, aparecieron en América del Norte los primeros miembros del órden de los Carnívoros, es decir, del órden de mamíferos que comprende los perros, los gatos y sus parientes. Aquellos primeros carnívoros eran pequeños animales arborícolas, de hocico corto, parecidos a las martas o a las civetas, que se alimentaban de invertebrados, lagartos, pájaros y pequeños mamíferos. Desde aquellos lejanos ancestros hasta el perro actual la evolución ha recorrido un largo camino.
5/3/20140
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La Guerra de los Huesos

Los primeros fósiles de dinosaurios americanos vieron la luz en 1838, cuando una cuadrilla de jornaleros de un terrateniente llamado John Estaugh Hopkins desenterró unos huesos enormes al extraer marga de un pozo junto a un pequeño afluente del río Copper, en Haddonfield, Nueva Jersey. El dinosaurio recibió el nombre de Hadrosaurus foulkii (“lagarto robusto de Foulke”). El descubrimiento de Hadrosaurus desencadenó una ola de dinomanía en los Estados Unidos que culminó en el último cuarto del siglo XIX con la llamada Guerra de los Huesos, un periodo de intensa búsqueda y descubrimiento de fósiles marcado por la encarnizada rivalidad entre los paleontólogos Edward Drinker Cope, de la Academia de Ciencias Naturales de Filadelfia, y Othniel Charles Marsh, del Museo Peabody de Historia Natural de Yale.
3/23/20140
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Los primeros dinosaurios.

Desde hace milenios se vienen desenterrando fósiles de dinosaurio. En China se los consideraba huesos de dragón, y aún hoy se usan en la medicina tradicional. En Europa se creía que eran los restos de gigantes. Pero las primeras descripciones académicas de fósiles de dinosaurios no se hicieron hasta finales del siglo XVII. El naturalista inglés Robert Plot, catedrático de química en Oxford y conservador del Museo Ashmoleano de esa universidad, publicó en 1677 una descripción de un fragmento del fémur de un gran animal; como era demasiado grande para pertenecer a ninguna de las especies que habitan en Inglaterra, lo atribuyó primero a un elefante de guerra romano, y después a uno de los gigantes que según la Biblia murieron en el Diluvio Universal. En 1699, su sucesor en el Museo Ashmoleano, el galés Edward Lhuyd, describió un diente fósil que ahora sabemos que pertenecía a un dinosaurio.
2/21/20140
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Tiburones con demasiados dientes

Hace 360 millones de años, en el periodo Carbonífero, los peces cartilaginosos experimentaron una explosión evolutiva. Una de las características distintivas de los peces cartilaginosos, que comprenden los tiburones, las rayas y las quimeras, son las escamas placoides, o dentículos dérmicos, que cubren su piel. Los dentículos dérmicos son las partes más duras y resistentes de los peces cartilaginosos, y generalmente, las únicas que se encuentran fosilizadas. En algunas especies de peces cartilaginosos del pasado los dentículos dérmicos sufrieron tales modificaciones que dieron lugar a criaturas realmente extraordinarias.
1/23/20140
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Prisioneros de Gargano

Hace unos quince millones de años, a mediados del Mioceno, el nivel del mar Mediterráneo se elevó bruscamente, y el Promontorio de Gargano y sus alrededores se convirtieron en una isla o un grupo de islas en el Adriático. El Promontorio de Gargano es el cabo montañoso que forma el espolón de la bota de Italia. Como en muchas islas, en el pasado y en el presente, vivía en Gargano una fauna muy particular, distinta de la del continente. Muchos roedores crecieron a lo largo del tiempo: El hámster gigante Hattomys, el ratón excavador Mikrotia, el gimnuro gigante Deinogalerix y Garganornis, un ganso de 15 a 20 kilos de peso y dos metros de longitud, son algunos ejemplos. Pero el habitante más espectacular de Gargano era un rumiante: Hoplitomeryx.
12/10/20130
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Argentinosaurus, un titán entre los titanes

Hace 95 millones de años, a principios del Cretácico superior, Sudamérica era una gran isla con una fauna de dinosaurios particular. Allí y en otros continentes del hemisferio sur los saurópodos mantenían su hegemonía con el grupo de los titanosaurios, que incluye algunos de los animales terrestres más grandes que han existido. El titanosaurio más pesado, y el mayor animal terrestre de todos los tiempos, pudo ser Argentinosaurus, el lagarto argentino. El argentinosaurio vivió en la provincia del Neuquén, al oeste de Argentina, al pie de los Andes, hace unos 95 millones de años.
11/9/20130
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Los desmostilios, caballos del mar

Hace entre 30 y 7 millones de años, vivían en las costas del Pacífico norte, unos enigmáticos mamíferos acuáticos llamados desmostilios. Los primeros restos fósiles de desmostilios, unos dientes y vértebras descubiertos en depósitos marinos del condado de Alameda, en California, fueron descritos por el paleontólogo estadounidense Othniel Charles Marsh en 1888. Los desmostilios son grandes cuadrúpedos anfibios con las patas gruesas y la cola corta. Alcanzan más de dos metros de longitud y doscientos kilos de peso.
10/8/20130
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Cornamentas asimétricas.

Tsaidamotherium, un pariente del buey almizclero que vivió en el norte de la meseta tibetana en el Mioceno superior, hace entre cinco y diez millones de años, tenía los cuernos asimétricos. Su cuerno derecho, un ancho cono casi vertical, ligeramente inclinado hacia delante, estaba situado en posición central en lo alto de la cabeza. El cuerno izquierdo estaba atrofiado; situado junto al otro, era mucho más corto y estrecho. Visto de lejos, Tsaidamotherium debía parecer un unicornio.
8/30/20130
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El mamífero grande se come al dinosaurio chico

Hasta hace poco creíamos que el dominio de los dinosaurios sobre la Tierra antes de su extinción había sido completo. Se daba por bueno que, los mamíferos que convivieron con ellos habían sido unos pequeños animalillos insectívoros y nocturnos que vivían atemorizados por los grandes reptiles. Pero esa idea cambió hace unos años, cuando un equipo de paleontólogos chinos y estadounidenses descubrió en los ricos yacimientos chinos de Yixian los restos fósiles de un mamífero que acababa de comerse a un dinosaurio.
4/26/20130
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Los forusrácidos: aves del terror

Los forusrácidos, conocidos como aves del terror, fueron grandes aves carnívoras incapaces de volar que vivieron en el continente americano. Medían entre uno y tres metros de altura, podían llegar a pesar más de 350 kilos, y casi todas eran corredoras veloces; algunas especies alcanzaban los 70 km/h. Hace tres millones de años, tras la formación del istmo de Panamá, con la llegada de los modernos carnívoros desde Norteamérica, comenzó su decadencia. Los últimos forusrácidos desaparecieron hace unos dos millones de años.
3/20/20130
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Prototaxites, el primer gigante terrestre

Descubierto en 1843, Prototaxites fue descrito en 1859 por el geólogo canadiense John William Dawson, considerado uno de los fundadores de la paleobotánica. El aspecto de los fósiles de Prototaxites es semejante al de la madera petrificada: troncos o trozos de troncos con anillos parecidos a los anillos anuales de crecimiento de los árboles. En un principio se pensó que era una conífera, después, que se trataba de un alga, más tarde, un hongo parecido a una inmensa seta y, por último, un líquen o una comunidad de hepáticas. Fuera lo que fuese, Prototaxites se extinguió hace unos 370 millones de años, coincidiendo con la aparición de los primeros vertebrados cuadrúpedos.
2/21/20130
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Las primeras sabanas norteamericanas

Hace unos veinte millones de años, a principios del Mioceno, las frecuentes erupciones volcánicas que se producían en las jóvenes montañas Rocosas, en el oeste de Norteamérica, arrojaban cenizas que fertilizaban el suelo de las grandes llanuras del centro del continente. Estas llanuras estaban salpicadas de grandes lagos y cubiertas por una vegetación de sabana semejante a la de las actuales sabanas del este de África. El clima era estacional; durante la estación seca, los animales se agrupan alrededor de los lagos y cursos de agua. Las sequías severas eran frecuentes, y a veces se produce una gran mortandad de animales cuando uno de esos puntos de agua se seca. Los restos fosilizados de esos animales nos han permitido conocer con detalle la fauna de aquellas sabanas.
1/18/20130
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El ranforrinco, un pterosaurio de cola larga

El ranforrinco (Rhamphorhynchus muensteri) es el representante más conocido de los pterosaurios de cola larga. Estos pterosaurios son los más primitivos, y se extinguieron a principios del Cretácico. Su nombre significa “hocico con pico de Münster”, y fue bautizado en honor del conde Georg de Münster, paleontólogo y naturalista alemán que fue el primero en estudiar esta especie.
12/19/20120
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Sebecus, el señor de las aguas que no lo era

Los fósiles nos dicen que los dinosaurios se extinguieron hace 65 millones de años. Sin embargo, en 1906, el naturalista argentino Florentino Ameghino estudió ciertos dientes encontrados en yacimientos sudamericanos del Eoceno, con una antigüedad de sólo 50 millones de años, y los identificó como pertenecientes a dinosaurios carnívoros. Efectivamente, su aspecto era muy similar al de los dientes de aquellos animales; estaban curvados, aplanados lateralmente, y tenían forma de cuchillo y los bordes serrados. ¿Habían sobrevivido los dinosaurios en Sudamérica durante al menos quince millones de años? La respuesta tardó varias décadas en llegar.
11/8/20120
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El león marsupial, "uno de los depredadores más feroces y destructivos"

Hacia 1830, el explorador escocés Thomas Mitchell recogió en las cercanías de la ciudad de Wellington, en Nueva Gales del Sur, dos dientes fósiles, un incisivo y un premolar. Eran unos dientes extraordinarios que el famoso paleontólogo inglés sir Richard Owen, creador del término “dinosaurio”, identificó mucho más tarde como una nueva especie de gran carnívoro marsupial, a la que bautizó con el nombre de Thylacoleo carnifex, “león marsupial carnicero”.
10/12/20120
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Triceratops, el dinosaurio cornudo

Uno de los dinosaurios más populares es Triceratops, un gran herbívoro cuadrúpedo dotado de una gola de hueso que le protegía el cuello y tres largos cuernos con los que se defendía de su gran enemigo, el tiranosaurio. Triceratops, que significa “cara con tres cuernos”, fue descrito en 1889 por el paleontólogo estadounidense O.C. Marsh, aunque más tarde se supo que los primeros restos de Triceratops descubiertos fueron un par de cuernos hallados en 1887 y erróneamente atribuidos a un bisonte extinto.
9/5/20120
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Una sabana norteamericana del Mioceno

Durante el Mioceno, hace entre 23 y 5 millones de años, el enfriamiento de la Tierra, debido entre otros factores al crecimiento del casquete de hielo de la Antártida, provocó una pérdida de humedad que favoreció la extensión de las hierbas en detrimento de los árboles. Aparecieron las primeras sabanas y muchas especies tuvieron que adaptarse al cambio, así surgieron rápidos pacedores, como las gacelas y los caballos modernos, mamíferos de gran tamaño como los elefantes y los rinocerontes, y mamíferos de elevada estatura, como las jirafas, adaptados a alimentarse de las ramas más altas de los árboles que salpican las sabanas.
6/6/20120
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El ave elefante de Madagascar

En 1832, el naturalista Victor Sganzin encontró en Madagascar a unos nativos que usaban como recipiente medio huevo enorme. En 1851, el capitán Abadie, de la marina mercante francesa, encontró tres huevos de entre treinta y dos y treinta y cuatro centímetros de longitud y veintitrés centímetros de ancho, y algunos huesos, que fueron presentados en la Academia de Ciencias de París. Los huesos eran tan grandes y tan gruesos que en principio se pensó que pertenecían a un paquidermo, de manera que cuando se determinó que pertenecían a un ave, ésta recibió el nombre de “ave elefante”.
5/9/20120
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Yutyrannus, el gigante emplumado

Un grupo de paleontólogos de China y Canadá ha publicado la descripción de una nueva especie de dinosaurio, Yutyrannus huali (“hermoso tirano emplumado”). Se trata de un depredador bípedo de nueve metros de longitud y una tonelada y media de peso, emparentado con el tiranosaurio. Pero su característica más llamativa es que, como indica su nombre, estaba cubierto de plumas.
4/12/20120
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Los estegosaurios, dinosaurios con placas

Los estegosaurios se encuentran entre los dinosaurios más conocidos y más reconocibles. Son herbívoros de tamaño medio que vivieron principalmente en el Hemisferio Norte desde el Jurásico medio hasta el Cretácico inferior, hace entre 176 y 100 millones de años. Su característica más llamativa es la doble hilera de placas o espinas óseas que recorre su lomo, desde el cuello hasta la cola.
3/31/20120
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Los roedores gigantes de Sudamérica

El carpincho o capibara (Hydrochoerus hydrochaeris), de un metro treinta de longitud y hasta 85 kilos de peso, es la especie viviente más grande entre los roedores. En 2000 se descubrió en Urumaco (Venezuela) el esqueleto casi completo de Phoberomys pattersoni, el “ratón del terror de Patterson”, medía cuatro metros y medio de longitud.
3/15/20120
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El hombre de Flores y su mundo

En 2003, el arqueólogo australiano Mike Morwood hizo un descubrimiento inesperado en la isla de Flores, al este de Java. En la cueva de Liang Bua, el equipo encontró huesos de un minúsculo humano, desconocido para la ciencia, de sólo un metro de estatura, que fue bautizado con el nombre de Homo floresiensis. El descubrimiento del “hombre de Flores” revolucionó el mundo de la paleoantropología y desató una polémica que aún no ha amainado.
2/29/20120
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Massospondylus, el dinosaurio de largas vértebras

En 1853, el explorador J.M. Orpen encontró en las cercanías de la ciudad sudafricana de Harrismith, situada al norte de Lesoto, los huesos fosilizados de un gran animal: varias vértebras, un omoplato, un húmero, un fémur, una tibia, parte de una pelvis, y huesos de las manos y los pies. El paleontólogo sir Richard Owen bautizó el nuevo dinosaurio con el nombre de Massospondylus, de los términos griegos “masson” (“mayor”, “más grande”) y “spondylos” (“vértebra”) debido a sus enormes vértebras cervicales.
2/16/20120
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Nectocaris, el primer cefalópodo

Los yacimientos de los esquistos de Burgess, en las Montañas Rocosas de Canadá, llevan más de un siglo suministrando nuevos ejemplares a los paleontólogos, y sorpresas al mundo de la ciencia. Uno de esos fósiles fue fotografiado en 1910 por el descubridor del yacimiento, el paleontólogo estadounidense Charles Doolittle Walcott, pero quedó en el olvido y no fue descrito hasta 1976, por el paleontólogo británico Simon Conway Morris, que le bautizó con el nombre de Nectocaris pteryx, que significa “camarón nadador con alas”.
1/28/20120
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Pachycrocuta, la hiena gigante

La hiena gigante, Pachycrocuta brevirostris, vivió entre el Plioceno medio y el Pleistoceno medio, hace entre 3 millones y 500.000 años, y se extendió por Eurasia y el sur y el este de África. La hiena gigante medía un metro de altura en la cruz y pesaba más de 100 kilos. Era la mayor hiena conocida, y sus mandíbulas, las más fuertes de todos los carnívoros, eran capaces de fracturar huesos de elefante.
1/12/20120
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El darwinóptero, eslabón perdido de los pterosaurios

Bautizado con el nombre de Darwinopterus modularis, el darwinóptero vivió hace 160 millones de años. Era un animal del tamaño de un cuervo, de largas mandíbulas, dientes afilados y cuello flexible, de vuelo rápido, que cazaba otros animales voladores: pequeños mamíferos planeadores, dinosaurios emplumados antepasados de las aves, y otros pterosaurios.
12/14/20110
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El alca gigante, un pingüino en el hemisferio norte

El alca gigante, un ave marina incapaz de volar, semejante a los pingüinos, que habitaba en el Atlántico Norte, fue descrita por Carlos Linneo en 1758 con el nombre de Alca impennis que significa “Alca sin plumas de vuelo”. Se extinguió a mediados del siglo XIX debido a la caza excesiva a la que fue sometido por su carne, sus plumas y sus huevos.
11/30/20110
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Una sabana tropical en el centro de España

El subsuelo de Madrid es muy rico en yacimientos paleontológicos con una antigüedad comprendida entre 17,5 y 13,8 millones de años. En aquella época, el clima era más cálido y seco que en la actualidad, y el paisaje estaba formado por un mosaico de sabanas secas, praderas húmedas y bosques abiertos. En un lago situado entonces en el oeste de Madrid se fueron acumulando a lo largo de los siglos los sedimentos en los que se han conservado los fósiles que nos permiten conocer la fauna de aquellos tiempos.
11/15/20110
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Los trilobites, primeros señores del mar

Los trilobites forman un grupo de invertebrados marinos muy diverso de la era Paleozoica. Los primeros trilobites presentes en el registro fósil datan de hace 526 millones de años, a comienzos del periodo Cámbrico. En ese momento, el grupo de los trilobites ya se ha diversificado y extendido por todo el mundo, por lo que se supone que su origen es mucho más antiguo, y quizá se remonte a hace más de 700 millones de años, aunque los restos de esos trilobites ancestrales no se han encontrado.
10/27/20110
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Coelophysis, el dinosaurio serpentino

El nombre Coelophysis significa “forma hueca”, y hace referencia a los huesos del animal, huecos como los de las aves. Además, es el dinosaurio más antiguo que tiene fúrcula, el hueso en forma de horquilla, formado por la fusión de las dos clavículas, que poseen únicamente los dinosaurios y las aves. Coelophysis tiene el honor de ser el único dinosaurio que ha viajado al espacio: En 1988, el transbordador espacial Endeavour llevó un cráneo de Coelophysis a la Estación Espacial Mir.
10/11/20110
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El lobo marsupial, superdepredador australiano

El lobo marsupial o tilacino era un marsupial con aspecto de lobo; su nombre científico, Thylacinus cynocephalus, significa “marsupial de cabeza de perro”. Del tamaño de un perro grande, tenía el dorso, desde detrás de los hombros hasta la base de la cola, cruzado por una serie de bandas oscuras transversales. Desde el principio de la colonización inglesa de Tasmania, el lobo marsupial fue acusado de atacar al ganado. Tras una intensa campaña de exterminio, el último lobo marsupial murió en el zoo de Hobart en 1936. Ver un vídeo aquí
9/26/20110
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Los pelagornítidos, grandes pelícanos con dientes

Los pelagornítidos, que volaron sobre los océanos de todo el mundo durante el periodo Terciario, hace entre sesenta y dos millones de años, fueron las mayores aves marinas que han existido. Eran aves planeadoras, con alas largas y estrechas, cuello largo y patas cortas, con los pies palmeados formados por tres dedos dirigidos hacia delante. El pico es largo y robusto, con un gancho en el extremo. A lo largo del cuello tienen un buche elástico parecido al de los pelícanos.
7/7/20110
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Typothorax, un cocodrilo herbívoro acorazado

Los cocodrilos y las aves son los únicos representantes actuales del grupo de los arcosaurios, cuyos miembros extintos más conocidos son los dinosaurios. Pero durante el periodo Triásico, antes de que los dinosaurios se convirtieran en los vertebrados terrestres dominantes, existieron otros grupos de arcosaurios que también gozaron de cierto éxito evolutivo. Uno de esos grupos era el de los etosaurios, reptiles herbívoros acorazados emparentados con los cocodrilos, cuyo representante mejor conocido es Typothorax.
6/20/20110
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Los sorprendentes mamíferos de Daohugou

Durante mucho tiempo, se ha creído que los primeros mamíferos eran pequeños animales nocturnos, insignificantes, con aspecto de ratón o de musaraña, y que no fue hasta la extinción de los dinosaurios cuando se diversificaron en la multitud de formas actuales. En los últimos años se está desmintiendo esa imagen con nuevos descubrimientos que están desvelando una diversidad insospechada de mamíferos primitivos en tiempos tan antiguos como el Jurásico. Dos de esos mamíferos se han descubierto en el yacimiento de Daohugou, en la Región Autónoma de Mongolia Interior, en el nordeste de China.
6/6/20110
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Los fósiles vivientes

¿Qué es un fósil viviente? Desde que Charles Darwin la acuñó en su libro El origen de las especies, la expresión ha arraigado en la imaginación popular. Un fósil viviente fascina porque sugiere que nos encontramos en presencia de un superviviente de tiempos remotos, un habitante del pasado trasladado a nuestra época. El celacanto, el ornitorrinco, el gingko, los tiburones, los escorpiones, las cucarachas… Todos ellos, y muchas otras especies y grupos se consideran fósiles vivientes. Pero, ¿qué queremos decir en realidad cuando decimos que un ser vivo es un fósil viviente?
5/21/20110
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Anchiornis, casi un ave

En 2009, el equipo del paleontólogo chino Xu Xing publicó la descripción de una nueva especie de dinosaurio basada en un esqueleto incompleto descubierto en el yacimiento de Tiaojishan, en la provincia de Liaoning, en el nordeste de China. La especie, identificada en un principio como un antepasado de las aves más antiguo y más primitivo que Archaeopteryx, fue bautizada con el nombre de Anchiornis huxleyi.
4/26/20110
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Nuralagus, el conejo gigante de Menorca

En 1989, Josep Quintana, un joven estudiante de Geología, descubrió unos huesos fósiles en el noroeste de la isla de Menorca, cerca de Ciudadela. Los fósiles se encontraban en una pared rocosa junto a un pozo vertical comunicado con el mar, entre la punta Nati y la cala Es Pous. Meses más tarde, Quintana mostró los huesos a la paleontóloga alemana Meike Köhle y al antropólogo Salvador Moyà Solà, del Instituto Catalán de Paleontología. Köhle se dió cuenta de que eran huesos de conejo, pero de un conejo enorme y totalmente desconocido para la ciencia.
4/7/20110
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Anomalocaris, un rompecabezas paleontológico

En 1892, el paleontólogo británico Joseph Frederick Whiteaves bautizó con el nombre de Anomalocaris canadiensis lo que parecía el abdomen y la cola de un crustáceo fosilizado procedente de uno de los yacimientos que forman el conjunto de los esquistos de Burgess, en Canadá. Whiteaves eligió el nombre de Anomalocaris, que significa camarón anómalo. Después se descubrió que se trataba de una criatura muy singular que vivió hace 510 millones de años, en el Cámbrico medio.
3/19/20110
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Henodus, el placodonte desdentado

En el pasado ha existido un gran número de grupos diferentes de reptiles adaptados a la vida acuática; además de las tortugas y los cocodrilos, los más conocidos son los plesiosaurios y los ictiosaurios. Un grupo menos conocido es el de los placodontes o placodontos, llamados así por sus grandes dientes aplanados, con forma de placa, que cubrían todo el paladar. Hay un placodonte, catalogado como tal por diversos detalles de su anatomía, que carece sin embargo de los dientes característicos de sus parientes. Fue bautizado con el nombre de Henodus en 1936 por su descubridor, el paleontólogo alemán Friedrich von Huene.
3/4/20110
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Mammuthus primigenius, el mamut lanudo

Cuenta una leyenda siberiana que habita en la tundra una especie de rata o topo gigantesco que excava galerías bajo el suelo helado y provoca los terremotos con sus movimientos. Cuando este animal sale a la superficie y se expone a la luz del día, muere. Su nombre, mamantu, significa, “el que vive bajo tierra”. Desde tiempo inmemorial, los nativos han encontrado sus restos congelados en la tundra, y han comerciado con el marfil de sus enormes colmillos. Pero no se trata de topos ni de ratas; son restos de mamuts lanudos, parientes de los elefantes que habitaron en el pasado en el frío norte.
2/15/20110
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Argentavis, el ave argentina magnífica

Argentavis magnificens (“ave argentina magnífica”), un ave de unos siete metros de envergadura y tan alta como un hombre, vivió en la Pampa argentina a finales del Mioceno, hace entre 8 y 6 millones de años. Su envergadura duplica la del albatros, la mayor entre las aves vivientes; su peso, estimado en setenta u ochenta kilos, cuadruplicaba el de la avutarda común, el ave voladora más pesada existente.
1/31/20110
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La tortuga jirafa de Rodrigues

Cuando los europeos llegaron a las islas Mascareñas, en el siglo XVI, cinco especies de tortugas gigantes habitaban en ellas. Las tortugas fueron presa fácil para los colonos y los marinos que recalaban en las islas. Una tortuga podía sobrevivir más de tres meses en un barco sin comer ni beber, y proporcionaba una gran cantidad de carne y grasa de excelente calidad. Además, los cerdos introducidos en las islas por el hombre devoraban sus huevos, y los gatos cazaban las crías. Los últimos ejemplares de estas tortugas desaparecieron en el siglo XIX.
1/20/20110
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Gogo, un arrecife en el desierto australiano

Hace trescientos setenta y cinco millones de años, a mediados del periodo Devónico superior, Australia, la India, la Antártida, África y Sudamérica formaban el continente llamado Gondwana, situado en el hemisferio sur del planeta. En los mares ecuatoriales frente a la costa norte de este continente, en lo que hoy es el noroeste de Australia, se extendía a lo largo de cientos de kilómetros una barrera de arrecifes tropicales, bastante diferentes de los arrecifes actuales, con una rica fauna de peces e invertebrados.
12/13/20100
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Tyrannosaurus rex, el dinosaurio más popular

Hace unos sesenta y cinco millones de años, a finales del periodo Cretácico, los dinosaurios se habían extendido por todo el mundo y estaban en pleno apogeo. En los exuberantes bosques subtropiales del oeste de América del Norte, manadas de dinosaurios herbívoros vagan entre helechos, cícadas y coníferas; desde pequeños bípedos corredores hasta enormes dinosaurios cuadrúpedos. Había una gran variedad de dinosaurios carnívoros de tamaño medio, pero el depredador más grande de la región es sin duda el tiranosaurio, un dinosaurio bípedo de hasta cuatro metros de altura y casi trece metros de longitud, que pesa algo menos de siete toneladas.
11/26/20100
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Smilodon populator, el tigre de dientes de sable sudamericano.

Los tigres de dientes de sable del género Smilodon (“diente-cincel”) aparecieron hace unos dos millones y medio de años en América del Norte. El mayor félido de dientes de sable que conocemos es Smilodon populator, una criatura que podía pesar 500 kilos, armada con colmillos curvos y aserrados como cuchillos que podían alcanzar 30 centímetros de largo.
11/9/20100
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El águila gigante de Nueva Zelanda

En 1871, en una excavación de huesos de moa en la ciénaga de Glenmark, en la región de Canterbury, en la isla Sur de Nueva Zelanda, aparecieron los restos de un águila enorme, desconocida para la ciencia. El águila de Haast es la mayor que conocemos, con un peso de quince kilos y una envergadura de hasta tres metros.
10/20/20100
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Simiosaurios en el mar de Tetis

Desde finales de los años 70 del pasado siglo, se han descubierto en el norte de Italia los restos de tres especies de reptiles adaptados a la vida arborícola que vivieron durante el periodo Triásico, hace entre 250 y 200 millones de años, cuando la región era una zona costera salpicada de islas tropicales cubiertas de bosques. Estos reptiles, que han recibido los nombres de Drepanosaurus (“reptil-hoz”), Megalancosaurus (“reptil de largos brazos”) y Vallesaurus (“reptil de Valle”), forman un grupo de difícil clasificación, los simiosaurios o drepanosáuridos.
9/16/20100
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Aysheaia, el devorador de esponjas

Aysheaia es el onicóforo más antiguo identificado con seguridad. Los onicóforos forman un grupo de animales invertebrados de cuerpo blando, con aspecto de oruga o ciempiés, que viven ambientes húmedos y oscuros de las regiones tropicales. Resulta sorprendente que, a pesar de que los onicóforos actuales son animales terrestres, y Aysheaia es un animal marino, su anatomía es prácticamente idéntica.
9/3/20100
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El megalodón, un gigante entre los tiburones

El megalodón era un enorme tiburón carnívoro de más de dieciséis metros de longitud y cincuenta toneladas de peso, el mayor tiburón que ha surcado los mares de nuestro planeta. Apareció hace unos dieciséis millones de años, a mediados del periodo Mioceno. La cabeza del megalodón es ancha y abombada, con el hocico corto, y alberga unas mandíbulas de más de dos metros de anchura, con unos 276 dientes de cuatro tipos diferentes, repartidos en cinco filas.
7/13/20100
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La triste historia de la vaca marina de Steller.

La vaca marina de Steller, un sirenio de entre seis y ocho metros de longitud y de ocho a diez toneladas de peso, fue descubierta por el naturalista alemán Georg Wilhelm Steller en 1741. Habitaba en las costas de las islas del Comandante, situadas en el suroeste del mar de Bering. Debido a su mansedumbre, y a la calidad de su carne y de su grasa, su descubrimiento fue su sentencia de muerte: Sólo veintisiete años después, en 1768, la vaca marina de Steller se había extinguido.
6/28/20100
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El oviraptor, un presunto ladrón de huevos

En 1924 George Olsen descubrió el esqueleto parcial de una nueva especie de dinosaurio que había quedado sepultado junto a unos nidos por una tormenta de arena, se supuso que el animal había asaltado el nido para alimentarse de los huevos. El año siguiente, Henry Fairfield Osborn bautizó a la nueva especie con el nombre de oviraptor (“ladrón de huevos”). Pronto se descubrió que el apelativo de “ladrón de huevos” era inmerecido o, al menos prematuro.
6/8/20100
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Helicoplacus, la peonza marina

En 1963, dos paleontólogos estadounidenses, J. Wyatt Durham, de la Universidad de Berkeley, y K.E. Caster, de la Universidad de Cincinnati, publicaron en la prestigiosa revista Nature la descripción de Helicoplacus, primer representante de una nueva clase de equinodermos fósiles, el grupo que incluye a las estrellas y erizos de mar. Helicoplacus vivió en el periodo Cámbrico Inferior, hace unos 530 millones de años. Era un animal de cuerpo fusiforme, de pocos centímetros de longitud, con forma de peonza o de gota invertida.
5/27/20100
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Los gigantes del mar amazónico.

En 1992 se descubrió en Venezuela un caparazón de tortuga de la especie Stupendemys (“galápago asombroso”) de 3,3 metros de largo y 2,18 de ancho, lo que corresponde a un animal de 5,25 metros de longitud y seis toneladas de peso. Hace 10 millones de años, la región estaba ocupada por un mar interior poco profundo de aguas cálidas, llamado mar de Pebas, en cuyas aguas vivían gigantescas tortugas y una gran variedad de cocodrilos. Se han encontrado caparazones de tortuga con marcas de los dientes de Purussaurus, el mayor de los cocodrilos, uno de ellos, con una herida de 60 centímetros, muestra signos de cicatrización, lo que significa que la tortuga, a pesar de haber perdido una pata y la cola, sobrevivió.
5/10/20100
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Hatzegopteryx, el pterosaurio gigante.

En 2002, los paleontólogos Eric Buffetaut, Dan Grigorescu y Zoltan Csiki publicaron el descubrimiento en Transilvania de una especie voladora gigante, Hatzegopteryx, que vivió hace 65 millones de años. Aunque sólo se han encontrado parte de un cráneo y de un húmero (y quizá un fragmento de fémur), del tamaño de los restos se ha estimado que Hatzegopteryx tenía unos doce metros de envergadura de alas. Era un animal cuadrúpedo, con un largo cuello y un enorme pico. Se alimentaba como una cigüeña, capturando pequeños dinosaurios y otras presas del suelo.
4/20/20100
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La cabra enana balear, un mamífero de sangre fría

La cabra enana balear era un animal de sólo cincuenta centímetros de alzada y entre doce y quince kilos de peso que vivió en la isla de Mallorca. La cabeza, pequeña y con el hocico corto, recuerda a la del conejo, aunque estaba adornada con dos cuernos cortos y rectos, presentes en ambos sexos. Los ojos no estaban dirigidos hacia los lados, como en sus parientes actuales, sino hacia el frente. Tenía una joroba, sus patas eran cortas y una larga cola.
4/7/20100
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Dimetrodon, un reptil con vela

Dimetrodon era un reptil más próximo a los mamíferos que a los reptiles actuales que vivió hace entre 280 y 265 millones de años en el supercontinente de Pangea. Su nombre significa “dientes de dos tamaños”. Era un gran depredador, de tres metros y medio de longitud y más de doscientos kilos de peso. Su característica más sobresaliente era una gran vela dorsal, con perfil de campana, que se alzaba sobre su espalda, desde el cuello hasta el arranque de la cola.
3/20/20100
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El sinornitosaurio, un dinosaurio venenoso

El sinornitosaurio es un dinosaurio bípedo de un metro treinta de longitud y treinta kilos de peso, completamente cubierto de plumas. La cabeza es estrecha y alargada, con ojos grandes y dientes afilados. Las patas delanteras, relativamente largas y terminadas en tres dedos largos con garras curvas, le permiten trepar a los árboles, aunque también es un buen corredor, gracias a sus fuertes patas traseras. La cola es larga y bastante rígida, lo que le ayuda a mantener el equilibrio tanto en el suelo como en los árboles.
3/4/20100
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El megacero gigante

El megacero gigante (Megaloceros giganteus) es el cérvido más grande que ha existido. Parece un gran gamo con una joroba sobre los hombros que le sirve para almacenar reservas. Los machos, bastante más grandes que las hembras, tienen una alzada de más de dos metros, y pesan alrededor de setecientos kilos. Pero lo más imponente del animal es su inmensa cornamenta. Las astas, que sólo están presentes en los machos, son palmeadas, pesan cerca de cuarenta kilos, y miden más de tres metros y medio de punta a punta.
2/20/20100
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El paquicefalosaurio, el dinosaurio con casco.

El paquicefalosaurio (Pachycephalosaurus wyomingensis, “reptil de cabeza gruesa de Wyoming”) era un dinosaurio bípedo de unos cuatro metros y medio de longitud y dos toneladas de peso. Su característica más llamativa era el casco de hueso macizo, de hasta veinticinco centímetros de grosor, que formaba una especie de cúpula semiesférica en el techo del cráneo. El cuello era fuerte y corto; el cuerpo, aunque semejante al de otros dinosaurios bípedos, era más rechoncho; los brazos eran cortos; las patas, largas y fuertes; y la cola, gruesa y rígida, le servía de contrapeso para guardar el equilibrio.
2/7/20100
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Suminia, el primer vertebrado arborícola.

Suminia era un animal herbívoro, de medio metro de longitud, con ojos grandes y dientes prominentes en una cabeza redondeada, cuello largo y grueso, cuerpo esbelto, patas largas y cola larga y musculosa. Las manos eran muy grandes; representaban el 40% de la longitud total de los brazos. Los dedos de las cuatro extremidades, largos, finos y curvados, con el pulgar oponible, le permitían trepar a los árboles.
1/22/20100
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El dodo, la paloma gigante que no podía volar.

El dodo era un ave de color terroso y del tamaño de un pavo; medía unos 70 centímetros de altura y cerca de un metro de largo, y pesaba entre 13 y 20 kilogramos. La cabeza del dodo, dotada de un largo pico ganchudo, medía unos 25 centímetros de longitud, y presentaba una coloración más oscura, igual que el cuello, corto y erecto.
1/11/20100
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Tanystropheus, el reptil cuellilargo.

Tanystropheus vivía en las costas de un mar interior llamado mar de Tetis, que ocupaba lo que hoy es el sur de Europa. Era un reptil con el cuello muy largo, medía tres metros, la mitad de la longitud total del animal, y sin embargo estaba formado por sólo doce largas vértebras, que además estaban unidas unas a otras mediante costillas cervicales
12/16/20090
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El ardipiteco, nuestro lejano antepasado.

En 1993, el paleontólogo estadounidense Tim White descubrió en el desierto de Afar, en el nordeste de Etiopía, unas mandíbulas fósiles pertenecientes a homínidos de más de cuatro millones de años de antigüedad, que bautizó con el nombre de Ardipithecus. Tras una minuciosa excavación del yacimiento, se han descubierto a lo largo de los años los huesos de al menos 36 ejemplares del antepasado más antiguo del hombre desde que su linaje se separó del chimpancé.
12/1/20090
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Meganeura, la libélula gigante.

En 1880, en la minas de carbón de Commentry, en el centro de Francia, se descubrieron los restos fósiles de una libélula gigante, que fue descrita en por el paleontólogo francés Charles Brongniart en 1885 con el nombre de Meganeura, que significa "gran vena", en alusión a la red de venas que recorre sus alas. Con una envergadura de ochenta centímetros y una longitud de un metro, Meganeura es el insecto volador más grande de todos los tiempos.
11/17/20090
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Diplodocus, el animal terrestre más largo.

De entre todos los animales terrestres, vivos o extinguidos, que conocemos por su esqueleto completo, Diplodocus es el más largo. Diplodocus, un dinosaurio saurópodo que vivió en el oeste de Norteamérica a finales del Jurásico, hace unos 150 millones de años, llegaba a medir casi treinta metros de longitud desde el extremo del hocico hasta la punta de la cola; de esa longitud, siete metros corresponden al cuello y catorce a la cola.
10/31/20090
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El oso de las cavernas

El oso de las cavernas es uno de los osos más grandes que han existido. Con más de 1 metro y 30 centímetros de altura en la cruz, su tamaño era similar al de los modernos osos de Kodiak (Ursus arctos middendorffi). Los machos, de 400 a 500 kilos de peso, alcanzaban los tres metros y medio de altura en posición erguida. Las hembras eran más pequeñas, no pasaban de los 250 kilos de peso.
10/14/20090
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Archaeopteryx, el ave antigua.

Hace 150 millones de años, a finales del Jurásico, Europa era un archipiélago situado en un mar tropical llamado mar de Tetis. En la costa sur de una gran isla, en lo que hoy es Baviera, vivían pequeños dinosaurios carnívoros, lagartos, pterosaurios e insectos y, además, la primera ave de la que tenemos noticia: Archaeopteryx.
9/30/20090
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Diplocaulus, el planeador subacuático.

Diplocaulus era un depredador de fuertes mandíbulas, de un metro de longitud, parecido a una salamandra de cuerpo ancho y aplanado. Tenía cinco dedos en las patas traseras y cuatro en las delanteras.
9/17/20090
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El corifodonte, un gran herbívoro en el Ártico

El corifodonte (coryphodon) era un mamífero ungulado con aspecto de hipopótamo o de tapir, perteneciente al desaparecido grupo de los pantodontes, emparentado con los modernos carnívoros. Superaba los dos metros de longitud, pesaba 500 kilos y tenía una altura en la cruz de un metro.
9/3/20090
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Hylonomus, el primer reptil.

Hace unos 315 millones de años, al final del periodo Carbonífero, la mayor parte de las tierras emergidas estaban unidas formando el supercontinente de Pangea. En la zona ecuatorial de Pangea se hallaba la región canadiense de Nueva Escocia, cubierta en aquella época por extensas selvas tropicales. Allí vivían los primeros anfibios, junto con caracoles, insectos, arañas, ciempiés e hylonomus, es el primer reptil del que tenemos noticia.
8/16/20090
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Baryonyx, el dinosaurio pescador.

Hace 130 millones de años, en el Cretácico inferior, la península Ibérica era una de las islas de un archipiélago que se extendía entre África y Europa. En algún lugar de lo que hoy en día es la cordillera Ibérica, un río desembocaba en un lago formando un delta de aguas poco profundas. En esas aguas vivía una rica fauna de peces, cocodrilos, tortugas, ranas, crustáceos y moluscos. En tierra firme, lagartos, pterosaurios, aves y mamíferos primitivos, y varios tipos de dinosaurios carnívoros y herbívoros acudían con frecuencia al agua para saciar su sed o para alimentarse. Uno de esos dinosaurios era Baryonyx.
7/16/20090
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Brontoterio. La bestia del trueno.

El brontoterio era un mamífero ungulado semejante al rinoceronte que vivió en los bosques que cubrían las llanuras del centro de los Estados Unidos a finales del Eoceno, hace 35 millones de años. Con dos metros y medio de altura, cinco de longitud y dos toneladas de peso, su tamaño era intermedio entre el del elefante y el del rinoceronte.
7/1/20090
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Tenontosaurio. El lagarto con tendones.

El nombre del tenontosaurio, que significa "lagarto con tendones", hace referencia a los fuertes tendones situados a lo largo de la columna vertebral, que servían para mantener la cola suspendida en posición horizontal.
6/16/20090
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Acanthostega, el pez de ocho dedos.

Semioculto en la oscuridad de las zonas poco profundas y llenas de vegetación de una región que ahora es Groenlandia acechaba un animal con la cabeza ancha y aplanada y grandes ojos sobre una gran boca llena de dientes afilados.
5/31/20090