Audios para luchar contra el tráfico, la soledad, la falta de tiempo para aprender un poema y aquel mito que cuenta que el peruano no lee. Se publican semanalmente poemas recitados en la voz del autor, en la medida de lo posible. Creative Commons (CC)
Carlos Germán Belli explica y lee su poesía (1 hora de audio)
Uno de los poetas más importantes vivos, Carlos Germán Belli, desentraña su poesía y el proceso creativo en este audio de más de una hora. Además, lee varios de sus poemas clásicos. Uno de los poetas más importantes vivos, Carlos Germán Belli, desentraña su poesía y el proceso creativo en este audio de más de una hora. Además, lee varios de sus poemas clásicos.
8/14/2015 • 1 hour, 4 minutes, 34 seconds
Martín Adán recita 10 de sus poemas (incluye Escrito a ciegas)
Audio grabado en 1973 junto a su fiel amigo Juan Mejía Baca. Disfruten la poesía de uno de los mejores escritores peruanos. Es el único registro en voz que existe sobre uno de los poetas que marcaron la literatura peruana, en décadas pasadas se vendía este audio en LPs que ahora son escasos de encontrar.
8/14/2015 • 53 minutes, 32 seconds
Antonio Cisneros: 30 minutos de poesía y literatura
El poeta Toño Cisnero hace una selección de sus poemas para comentarlos y leerlos en este audio de 30 minutos. Más literatura, poemas, videos e imágenes en nuestra página de Facebook en https://www.facebook.com/CopyPasteIlustrado y también pueden buscarnos en Twitter.
8/14/2015 • 29 minutes, 59 seconds
Jorge Eduardo Eielson lee sus mejores poemas
El poeta peruano Jorge Eduardo Eielson lee sus mejores poemas en esta recolección de poemas que hemos encontrado con mucha suerte y mucha felicidad. En este audio se encuentra Campidoglio y varios poemas de Noche oscura del cuerpo. Una belleza para los que aman la poesía
6/29/2015 • 16 minutes, 42 seconds
Washington Delgado habla sobre su poesía y lee sus mejores poemas
El poeta peruano Washington Delgado lee sus mejores poemas y cuenta sus procesos creativos, sus diferentes poemarios y los diferentes estilos que dominó a lo largo de su vida literaria. También nos dices quiénes fueron los principales escritores que inspiraron su obra y qué poemas les dedicó a algunos de ellos.
6/23/2015 • 34 minutes, 57 seconds
Blanca Varela entrevista completa con María Amelia Fort de Cooper
La entrevista completa a la poeta peruana Blanca Varela en la que lee sus poemas y conversa sobre sus formas de crear poesía y su necesidad de escribir a lo largo de su vida. Lima, 28 de setiembre de 1986. Más literatura en en https://www.facebook.com/CopyPasteIlustrado
6/16/2015 • 44 minutes, 41 seconds
Julio Ramón Ribeyro, conferencia completa en 1984 en Perú
La conferencia completa del escritor peruano Julio Ramón Ribeyro en 1984 en el auditorio del Banco Continental de San Isidro. Más de una hora de pura literatura en la que el escritor cuenta cómo se inició escribiendo y qué significan la mayoría de sus cuentos y novelas.
6/10/2015 • 1 hour, 7 minutes, 19 seconds
Llorando por mí mismo – Miguel Carrillo
Ya habíamos comentado con emoción nuestro encuentro con el libro El festín del jaguar, cien años poesía en Chincha. Así que ahora les traemos algunos poemas de esa misma colección que han sido leídos y musicalizados, todo con tal de hacerlo más atractivo al futuro lector. Esta antología ha sido realizada por el poeta Víctor Salazar Yerén y reúne poemas de escritores chinchanos de 1920 hasta la actualidad. En esta galería hemos seleccionado 9 poemas.
5/4/2015 • 1 minute, 5 seconds
Invocación – Aurelio Chacaliaza Ávalos
Ya habíamos comentado con emoción nuestro encuentro con el libro El festín del jaguar, cien años poesía en Chincha. Así que ahora les traemos algunos poemas de esa misma colección que han sido leídos y musicalizados, todo con tal de hacerlo más atractivo al futuro lector. Esta antología ha sido realizada por el poeta Víctor Salazar Yerén y reúne poemas de escritores chinchanos de 1920 hasta la actualidad. En esta galería hemos seleccionado 9 poemas.
5/4/2015 • 2 minutes, 35 seconds
Tierra Santa – Hugo García Castellano
Ya habíamos comentado con emoción nuestro encuentro con el libro El festín del jaguar, cien años poesía en Chincha. Así que ahora les traemos algunos poemas de esa misma colección que han sido leídos y musicalizados, todo con tal de hacerlo más atractivo al futuro lector. Esta antología ha sido realizada por el poeta Víctor Salazar Yerén y reúne poemas de escritores chinchanos de 1920 hasta la actualidad. En esta galería hemos seleccionado 9 poemas.
5/4/2015 • 2 minutes, 2 seconds
Paradojal – Augusto Carrillo Huici
Ya habíamos comentado con emoción nuestro encuentro con el libro El festín del jaguar, cien años poesía en Chincha. Así que ahora les traemos algunos poemas de esa misma colección que han sido leídos y musicalizados, todo con tal de hacerlo más atractivo al futuro lector. Esta antología ha sido realizada por el poeta Víctor Salazar Yerén y reúne poemas de escritores chinchanos de 1920 hasta la actualidad. En esta galería hemos seleccionado 9 poemas.
5/4/2015 • 1 minute, 17 seconds
Tierra Yunga – Adolfo Peschiera
Ya habíamos comentado con emoción nuestro encuentro con el libro El festín del jaguar, cien años poesía en Chincha. Así que ahora les traemos algunos poemas de esa misma colección que han sido leídos y musicalizados, todo con tal de hacerlo más atractivo al futuro lector. Esta antología ha sido realizada por el poeta Víctor Salazar Yerén y reúne poemas de escritores chinchanos de 1920 hasta la actualidad. En esta galería hemos seleccionado 9 poemas.
5/4/2015 • 2 minutes, 29 seconds
Mariela Dreyfus - No quiero hablar de la muerte que ronda
No quiero hablar de la muerte que ronda
no quiero oír por teléfono sus signos
un ojo que se hincha
o la presión que asciende.
Ni pensar en mortajas ni listones de negro
todos listos para la ceremonia del adiós.
No quiero aún pagar en cuotas semanales
el espacio propicio para un nicho.
Ni colocar la rosa roja o lila en la lapa pulida del jardín.
4/6/2015 • 1 minute, 7 seconds
Un solo de máquina de escribir - Arturo Corcuera
No alcancé a usar pluma de ganso.
Fui escolar de pluma de acero y de pomo de tinta. Ave
de pluma de cristal, de pluma fuente. En mi tinta azul
se miraban el cielo y el mar y mi traje dominguero.
(¿Quién no tiene un traje azul?)
La reemplazó el bolígrafo. Creció el mundo y crecí yo.
Llegué, veloz, en la locomotora, a la máquina de escribir.
Me volví gallo: picoteaba las teclas con un dedo,
imaginándolas granos de maíz. Remington Rand,
te sabrás de memoria mis primeros poemas.
Oigo hasta hoy tus conciertos de piano: Bach,
Beethoven, Mozart, Chopin, Vivaldi. Tren de escritorio
(Deluxe model 5) avanzando por las cuatro estaciones.
Al final del siglo XX, en el misil cibernético
te sacó de los carriles la posmodernidad.
Están frente a mí los carretes de cinta
que ya no tiñen mis manos ni mis sueños.
Del salón en el ángulo oscuro yacen mi rodillo secreto,
mi cigarra incomprendida, mi arpa olvidada.
3/31/2015 • 1 minute, 27 seconds
Roger Santiváñez - Conversación con mi padre en su lecho de muerte
Ahora tal vez la muerte no sea una bella palabra.
Tus ojos negros me miran, se aferran suavemente
a un hilo de vida, al silencio de tus labios
en el que leo mi nombre pronunciado con amor y
una flecha de soledad disparada al mundo,
a esta hora de la tarde en que me encuentro
solo contigo y comprendo que el oxígeno,
el suero, las agujas rompiendo tus dulces venas
son también los días reunidos
en que paseábamos bajo los algarrobos frente
al Mercado Viejo, una manzana de sol dorando
la belleza de tus gentes/ Piura
Viento de la seis besa el corazón de Aníbal
como el besó la tierra caliente, llámalo
hacia la vida, recuérdale a las muchachas
cuerpo – cántaro de agua fresca, dile que tú
has superado todos los controles del hospital
haciendo el amor a enfermeras irascibles
y que ahora estás acariciando su cabello lacio
aunque él no pueda darse cuenta y duerma dominado
por l fiebre y la diabetes / ¿Cómo habrá pasado
la noche? En este último verso del poema
sé que parto al hospital y voy a reemplazar al viento.
3/2/2015 • 1 minute, 27 seconds
Jorge Pimentel - Balada o primer poema para mi padre muerto
Poema leído durante la presentación de la nueva edición de Ave Soul de la editorial Lustra Editores. Este poema fue escrito por el poeta al enterarse de la muerte de su padre en un accidente automovilístico en Ica. Para poder escuchar más poemas visite el blog.
2/16/2015 • 7 minutes, 31 seconds
Jorge Eduardo Eielson - Campidoglio
usted no sabe cuánto pesa
un corazón solitario
hay noches en que la lana oscura
la lana tibia que me protege
llega hasta el cielo
y mientras duermo mientras respiro
mientras sollozo
se me derrama la leche hirviendo
sobre la cara
y entonces una máscara magnífica
con la sonrisa del rey de espadas
cubre mi llanto
y todo eso no es nada todavía
usted no me creerá
pero luchar luchar luchar
todas las noches con un tigre
hasta convertirlo en una magnolia
y despertarse
despertarse todavía y no sentirse
aún cansado y rehacer aún
raya por raya el mismo tigre odiado
sin olvidar los ojos los intestinos
ni la respiración hedionda
todo eso para mí
es mucho más fácil mucho más suave
créame usted
que arrastrar todos los días
el peso de un corazón desolado
2/5/2015 • 1 minute, 12 seconds
Marco Martos - Roma con otros ojos
¿Por qué hablas de Roma, solo quedan cenizas?
Hay oro en el Tíber y plata
y belleza absoluta que está suspendida en el aire
en un presente eterno del que alguna vez hablamos.
Ahí está Cicerón dirigiéndose al Senado romano
está Julio César con sus soldados conquistado la Galia.
1/26/2015 • 2 minutes, 3 seconds
Carlos Germán Belli - Descripción del buen mudar
No es el buen mudar a otro punto allá
sino rescatar
ese o aquel trecho
que la remota edad que fue en vano
y colocarlo parte a parte ahora
como una senda donde dar principio
al fin la propia vida terrenal
por el sumo deseo
del alma recién renovada toda.
Y es el buen mudar hacia lo pasado
que nunca fue propio
1/15/2015 • 4 minutes
Antonio Cisneros - La nieve
La bicicleta era de un verde esmeralda deslumbrante
y un aro veintiseis
y sin embargo allá estaba en lo más alto de la colina nevada
inmóvil y vacía como una catedral.
Los campos de manzanos eran solo un recuerdo debajo la nieve.
La Virge y unos cuantos querubines flotaban congelados en el cielo.
Mi hija Soledad condimentando ese rabú de carnes y cebollas
y un viejo inglés borracho y bondadoso eran todo el invierno de Virginia.
12/22/2014 • 45 seconds
Emilio Adolfo Westphalen - Qué será más grande
¿Qué será más grande – el mar o la palabra con que lo nombramos?
Decimos el mar y surgen diversos mares – los vistos experimentados gozados sufridos – e igualmente los apenas barruntados (acaso los más exaltantes) – pequeños o descomunales – plácidos o destrozándose a sí mismos en iras irreprimibles.
Vemos en cambio el mar – y es el de siempre – irreconocible y desconcertante – una fantasmagoría de la realidad – pero igual al que por primera vez se interpuso en nuestro destino.
12/2/2014 • 1 minute, 8 seconds
Blanca Varela - Flores para el oído
En todas partes hay flores
acabo de descubrirlo escuchando
flores para el oído
lentas silenciosas apresuradas
flores
para el oído
caminando por la calle
que un hombre rompe con un taladro
sentí el horror de la primavera
de tantas flores
abriéndose en el aire
y cerrándose
de tantos ecos
negros rizados pétalos
arrastrándose
hasta el borde del mar de tierra
recién abierto
sé que un día de estos
acabaré en la boca de alguna flor
11/23/2014 • 33 seconds
Jorge Pimentel - Balada para un caballo
Por estas calles camino yo y todos los que humanamente caminan
por esencia me siento un completo animal, un caballo salvaje
que trota por la ciudad alocadamente sudoroso que va pensando
muy triste en ti muy dulce en ti, mis cascos dan contra
el cemento de las calles. Troto y todo el mundo trata
de cercarme, me lanzan piedras y me lanzan sogas
por el cuello, sogas por las patas, me tienden toda clase
de trampas, en un laberinto endemoniado donde los hombres
arman expediciones para darme caza armados de perros policías
y con linternas, y cuando esto sucede mis venas se hinchan
y parto a la carrera a una velocidad jamás igualada
por los hombres, vuelo en el viento y vuelo en el polvo.
Visiones maravillosas aparecen ante mis ojos. Y vuelo
y vuelo. Mis extremidades delanteras ejercen presión
sobre las traseras y paralelamente y aun mismo ritmo
antes de asentase en el polvo retumban en la tierra.
Relincho. Y mi cuerpo va tomando una hermosísima elasticidad
me crecen pelos en el pecho y es un pasto rumoroso
el que se ondea y es una música y es un torbellino
de presiones que avanzan y retroceden en mi vuelo. Atrás
van quedando millares de kilómetros y sigo libre. Libre
en estos bosques dormidos que despierto con el sonido
de mis cascos. Piso la mala hierba y riego mis orines
calientes, hirviendo en una como especie de arenilla.
Descanso a mis anchas, bebo el agua de los ríos, muerdo hierba
tallos, rumio. Mis mandíbulas se ejercitan. Muevo mi larga cola
espantando a los mosquitos. Los guardacaballos vigilan
desde la copa de los árboles. Caen las hojas secas.
Los días se suceden y suelo dar suaves galopes hacia la vida.
En invierno los senderos se hacen tortuosos; el fango todo lo invade.
Para el frío utilizo cabañas abandonadas, cuevas en los cerros
que me resguarden de las tormentas. Yo observo la lluvia
desde mi cueva. Cae la lluvia y todo lo moja. Con este tiempo
suelo galopar poco cuidándome de un desgarramiento.
Muchas veces me siento solo y llego hasta los helechos
de los ríos para pensar muy dulce en ti muy triste en ti
y voy galopando bordeando el río añorando alguna yegua
que llegó a correr en pareja conmigo. A veces los niños
que vagan sueltos por las campiñas mientras sus padres
realizan tareas de recolección o labranza me montan a pelo
y solemos recorrer ciertas distancias, ganando los años,
aumentándolos. De ellos sí recibo algún trozo de azúcar.
En el verano el sol se pone rojo y se hace presente con su alegría
y los habitantes de los bosques y campos suelen saludarme
con el sombrero y con la mano. Yo les contesto con un relincho
parándome en dos patas. Y con la luz solar que todo lo invade
suelo dar galopes hacia la vida. Allí
donde mi presencia es esperada me hago realidad.
Allí donde ni un sueño se revela me hago realidad
me hago realidad en esos ojos que están cansados
de ver las mismas cosas. Y es en verano cuando la vida
se enciende y mis cascos recogen la hermosura de la tarde
y asciendo a las cumbres donde diviso extensiones
de mar de cielo de tierra.
Mi figura domina la naturaleza.
Cruza por el cielo un escuadrón de tórtolas.
Cae la noche.
Mi sombra se recobra.
Las ramas crujen.
Y por un instante pensé muy triste en ti muy dulce en ti.
Cae la noche en estos bosques, pareciera que la tierra
se difunde con la noche se propaga se manifiesta.
Y toda la noche he ido creciendo. Y crecía y crecía
aún más aún más ¿hasta dónde crecerás?
¿No tienes miedo? No, contesté. Soy libre.
El día, el nuevo día como algo fresco se anuncia solo.
Por esta época del año suelen cruzar manadas
de caballos ahuyentados y en busca de nuevos campos.
Recuerdo que logré darles alcance y me contaron
que lograron salvarse de una cacería emprendida
contra ellos para mandarlos a vivir a un potrero
y que luego de ser sometidos al cubo de agua
y a la alfalfa son obligados en los hipódromos
a correr distancias de 1,000, 2,500, 5,000 mts.
y no eres libre de correr sino que te dopan te colocan
descargas eléctricas, te manosean, te latigan
con una fusta despellejándote. Y así durante
un buen tiempo mientras ves acumuladas alforjas
de oro y plata. Hasta que llegue el momento de ser
sometido a la reproducción arrinconándote a una yegua
a la vista y paciencia de todos, sin intimidad
en una mañana de tinieblas y poca luz y luego
te separarán de tu yegua y potranco y pasarás
tus años inmisericorde como padrillo viejo y cuando
manques te dispararán un balazo en la sien. Ya
había galopado un buen trecho con la manada
que huía despavorida y me dijeron que probablemente
para el invierno pasarían por aquí para ir más
al norte. Y se alejaron a la carrera. Yo sabía
lo que le sucede a un caballo en la ciudad. Y
por ello me mantengo alejado de ella. Pero a veces
me interno y sucede lo que tiene que suceder. Pero si yo
me rebelo y persisto y amo terriblemente mis posibilidades
de realizarme en un medio donde la civilización se mata
y permanecen odios, prefijo ser caballo. Mojaré
la tierra con mis orines calientes hirviendo con estas ganas
inmensas de vivir y me uniré a las manadas para galopar
hacia la vida, para mantenernos unidos y vencer,
para no estar solos, para volvernos verdes-azules-amarillos
anaranjados-rojos y trotar hacia el nuevo aire fresco
y el campo sin límites.
Seré libre así y al menos mis guardacaballos cuidarán de mí
y de mi yegua
y de mi potranco.
10/27/2014 • 8 minutes, 17 seconds
Retablo - Marco Martos
En un tiempo viví en Ayacucho,
rincón de muertos que lo llaman.
Salí de allí, por azar, en 1970,
diez años antes del comienzo
de la hecatombe.
Vi la miseria con mis propios ojos
en el Parque Sucre, San Juan Bautista.
Acuchimay, en el mercado,
y penetrando por las rendijas
a las mismas casas de los ricos,
mendigando. Algunos
de mis conocidos de esos años
están muertos o en prisión
o andan por el mundo
como kamikazes locos
matando y dejándose matar
por los soldados.
No hablo de los jefes. De ellos no hablo.
Conocí a un niño que murió
en la isla El Frontón en 1986, siendo hombre,
con trescientos de los suyos, asesinado.
Tuve un amigo periodista
que fue a Ayacucho en 1983
en misión de servicio y junto
con siete compañeros,
en Uchuracay, murió asesinado.
Pero los hombres de la costa cuando mueren
tienen un nombre, una lápida,
recuerdos, flores; los campesinos
cuando mueren son números asesinados.
Pienso también en los soldados
que los llevan desde tan lejos
(Saposoa, Iquitos, Tumbes)
hasta Ayacucho a morir baleando.
No me hables de la música de Huamanga,
ni de la tersa piel de sus mujeres,
ni del cielo lapislázuli.
Ayacucho es la sombra de la muerte,
una escalera interminable de cadáveres,
la muerte misma trepando hasta mi corazón
que vive todo el tiempo agonizando.
10/15/2014 • 2 minutes, 17 seconds
Washington Delgado - Tibios azogues goteaban sobre el alba
Tibios azogues goteaban sobre el alba
mientras yo te negaba. Mientyras yo te negaba
equivocandosueños, iluminando muerte
caía de tus párpados.
No te ví. No te vieron mis ojos?
del amor que perdías.
Que espejos construídos bajo la noche estricta
han velado tus gestos de papel y de pluma,
que noche construída paralela a mis ojos
te cubre de cenizas.
No hay nada sino un árbol y su sombra encendida.
No hay nada sino un río encadenado al sueño.
Hoy de pronto la herencia de ese país secreto
que en tus ojos yacía y que tarde conozco.
Tarde conozco todo lo que huía contigo.
9/29/2014 • 6 minutes
Carlos Germán Belli habla sobre su poesía y lee Asir la forma que se va
Hay quienes creen en la Divinidad, únicamente acosados por el pavor ante la posible nada.
Igualmente hay quienes adoran la forma artística ante el temor de que termine por
desintegrarse para siempre. Pero en este caso la angustia no es la única causa, sino que
a la vez hay una tácita devoción, tan antigua como los propios objetos estéticos. Es la
fe en la forma, no por el riesgo del vacío, sino por el puro placer de disfrutarla.
Igualmente como cuando se adora a la Divinidad por sí misma, y aun si no existiera. En
realidad, ni espuria ni imputable a barrocos o parnasianos decadentes. No hay que
avergonzarse de ella. No hay que reducirla a la postración. Obrar así no es otra cosa
que renegar de nuestro continente. Porque los cuerpos en que moramos también poseen un
contorno, también una estructura donde se encuentran en perfecto orden y concierto los
secretos órganos vitales. Aferrémonos a ella, como nos aferramos a nuestra forma corporal,
ante el embate del tiempo, ante la aproximación de la ineludible muerte.
9/16/2014 • 4 minutes, 24 seconds
Antonio Cisneros - El monje loco
Es hora de la luz
ese foco de 25 vatios
una pantalla de vidrio azul lañil y flegos amarillos
separa al comedor de los arbustos
y roquedales que anuncian el desierto.
Es una luz de mala calidad
por lo que el gran frutero repleto de naranjas
es con las justas una gallina muerta.
Los comensales en torno de la mesa
devoran las costillas de cordero
oscuros, silenciosos, como una mancha
de aceite en la pared.
Es la última cena.
En esta habitación tan mal iluminada
es imposible distinguir al divino Jesús.
Aunque si dejamos de lado al comedor
o cenáculo y nos hundimos con las
rodillas negras en medio del desierto,
podemos encontrar un corral de cangrejos
en la arena mojada, un pomo con avispas
y a las 6:50, hora del vidrio azul añil
y flecos amarillos,
la voz del monje loco,
auspiciada por los jabones lux
la ronca carcajada
alalau, más fiera que las ropas de lana remojadas
pegadas contra el cuerpo
igual que un alarido en el fondo del mar.
8/25/2014 • 1 minute, 33 seconds
Roger Santiváñez - Escrito en la oficina
Para escribir un poema
sentado en la oficina.
-Qué hacer
revisando archivos, fichas, soledades
de papel membretado y pelikanol?
"Sí, Buenos Días"
"De parte de quién?"
Canción que fue a perderse por los hilos telefónicos, aullido de un perro
en la vecindad.
Esto es para llorar
y no hay ningún consuelo
entre papeles quemados en mi memoria
y tableteo de metralletas en las zonas liberadas
La canción queda varada por las innombradas
calles, por las innombradas y silenciosas avenidas
iluminadas amplias autopistas en la noche neón
y mercurio sombras de neblina rocío de los
cuerpos en el frío y la aproximación de la
madrugada.
Oh qué hacer
los buses cansados se pierden en la distancia
y no hay nada que se parezca a la vida ni
a la muerte nada que merezca ser
recordado ni escrito ni cantado
entonces qué canto aquí en mi canto
sino el vacío de las páginas en blanco
los próximos poemas un juego inútil sensitivo
para tocar como el viento urbano
la falda de las muchachas
y ya no habrá manera de recordar un amor
de estampar el silencio en la mañana de Junio
diosa de la belleza
de los deseos y las apariencias inesperadas
el tableteo de las máquinas calculadoras
obsede mi suave esparcimiento solitario
el olor a tinta fresca en la pituitaria
me recuerda mi nombre mi oficio
mi silencio de fiera repentina
pero
quien será qué será
en estos días cuello de botella
La ciudad es una concha gigantesca la bahía
un mar que la golpea sin misericordia ni
crueldad
y yo la veo caminar bajo los árboles
hacia la cita con su amante
compacto el frío en las casacas ajustadas
pero qué sola se ve una flor
en su maceta
entre 2 muros y el parquet
(de nada para nadie en el hueco del amor)
la flor se tiende sobre mí
y acaricia la sombra de la luz
en las baldosas y se deja remecer
por el aire tibio que acaso llega
desde dónde no sé
sino que al salir me esperan
las amplias avenidas silenciosas con semáforos
y soledades de asiento roto en micro—bús
al trote de un caballo
la ciudad se extiende como una peste
o una maldición
y los relojes se acercan a las 12 m.
al viento muerto que respiro
como cáncer de monóxido
8/20/2014 • 3 minutes, 51 seconds
Jorge Pimentel - Ballestas II
sos ojos en algún lugar los he visto.
Esos ojos recuerdan la noche en que súbitamente aparecieron
destemplados tristes persistiendo en abatir a mis ojos.
Pero esos ojos persisten
y se confunden con los míos en un ritual cómplice
se buscan afanosamente, quieren alcanzarse
pero el esfuerzo no lo es todo, falta algo.
Quizá todo esto no baste
y se necesiten nuevos ritos para que mis ojos y los tuyos
logren asirse cada vez más y más.
Esos ojos ahora se alejan, retroceden.
Pruebo otra vez por acercarme, recorro su misma
oscuridad, pero es inútil.
Si puedo ir y volver
de la oscuridad y luego ascender hacia la luz por qué
tus ojos no penetran al fresco y se tornan cristalinos
o es que he de dejarlos en su rumbo hacia las sombras moradas
y el fuego termine por consumirlos.
Y mis ojos cómo sobreviven.
Mis ojos que navegaron durante buen tiempo entre tinieblas
hasta conectarse con el alba, o la posibilidad de salvación
está en uno, en sus esfuerzos por sobreponerse a la hecatombe.
Si uno es aquella posibilidad
te imploro, hombre, mujer, niño, joven, que venzas tu noche
más oscura, porque aquí se te necesita y te necesitan otros
que como tú ascendieron hacia la luz
en plena noche.
8/12/2014 • 2 minutes, 32 seconds
Rodolfo Hinostroza - Nudo borromeo
Y ahora remontas rue Vavin subiendo a Montparnasse
Hay un río que duerme otro que murmura
Aquí Clayton hablaba de Loutine
Los dorados temblores de Diana en el patio interior
El cuerpo multiplicado en millares de copias
Y un presagio de tormenta en la escalera
Menos grave que en los años siguientes
Y ahora todo resbala hacia Lo Real
Había sido algo menos que una presencia
Definida con tenacidad
Al alba con las últimas luces de la fiesta
La materia de los dioses extraviada en un recuento precipitado
De tantos viajes tantos libros tantas mujeres
La sombra helada de un libro que te acecha
Mientras haces el amor en el bisel del espejo
Las claves sumergidas en un catálogo de signos
Te requiere por una vibración de encajes y deseos
Como el vaho sobre el cristal del automóvil
Londres un taxi palpitante a la puerta
Una confidencia cubierta por el timbre del teléfono
Forma insuficientemente percibida
A través de las celosías de la casa
Lo gris duerme su rapacidad vela
Modo infinito en infinita parodia
Y ahora tratas de recordar un acto significativo
Que te hubiera matado
Para que hacia él converjan las líneas del poema
O el pavor de un sueño
Donde olvidas tus huellas en las cosas
Como si al crepúsculo tornaras la cabeza
Viendo unas rayas difusas en la perspectiva
Así cuando declina el viento de la noche
Hay tal vez una playa con casetas de vidrio
Y estudias el mecanismo de las olas
Sobre la barrera que planta tu memoria
Un dólar de plata por saberlo
El sentido de la experiencia debe encontrarse allí
Y yo debo entonces perseverar en el poema
El Otro que yo he sido el Otro que estoy siendo
Me debe ser designado en el poema
En una de sus líneas (tal vez en ésta misma)
El insolente sol trepa al solsticio
Y se me hace saber que mi sombra se gasta
Y una imagen recurre (la de Marianne)
Como si el erotismo fuera capaz de definirme
Como si buscase definición
Deslizándome hacia el centro del poema
Donde hay silencio y quietas placas de hielo
Calles que no llevan nombre
Miedo de tocarlo y no tocarlo y atravesarlo sin tocarlo
Como una sombra de palabras
Y hay líneas que se encurvan sobre el horizonte
Otras sobre el crepúsculo
Y acodado en las estepas mayores
Buscas la conjunción de los sentidos
En una sola epifanía
La memoria como un espejo parabólico
Descoyuntado por infinitos puntos de fuga
Que recompone ahora una imagen de mujer
De actos presenciados en Mallorca
O en un pueblo belga que se llama Malone
Cuyo sentido (si alguno existe) resistiría a la enumeración
De imágenes dispersas
De una noche en busca de rue Giordano Bruno
Al fondo del distrito XIV y bajo la nieve
O la de un lépero cagando sobre un puente en Comayagüela
O de una noche caliente y desolada en Managua
Un Luna-Park en trozos
O caminando contra el viento a la entrada de Cerbère
Buscando un maldito camión
Y todavía
Atravesando un campo de lavanda en el Luberón
Con un vuelo de cuervos en el cielo cubiero
Fascinado por la estupidez
(Lo Real)
Y el amor que no sobrevive a Lo Real
Y poesía calla
Puedes trepar a un bus hacer le tour du monde
Hasta que tus desgracias se consuman
Y te llenes los ojos de países
Inexplicables como las mujeres
Sombras frutas rmolinos
Conversaciones a orillas de un catre
Viajando hacia Entropía con un bolso de lona
Borracho (y agresivo) cada día
Dónde quedó el lugar de la emoción largamente buscado
La voz (era una voz?) en los farallones de La Herradura
Sucio cobalto mar
Los versos aullados al viento
O la vigilia sobresaltada en un hotel de Ibiza
Y todo suspendido a esa enorme extrañeza
De estar aquí haciendo precisamente eso
Quizá en suma
La larga perplejidad
Que incita al mundo a ser lo que es
Nunca lejos ni cerca
Nunca Real
Y el viento que se caga en la noticia
Segando los sonidos
De pura insensatez has preferido una vida brillante
(Brillante’)
Peloteando entre psiconalistas vagos guerrilleros
Artistas espléndidas mujeres pilares de bistró
Lectores de novelas policiales
Cambiando dos por una Marché d´Aligre
Dos Francis Rick contra un buen Ambler
Cuatro Carter Brown contra dos Stara
Una docena de Chase (siempre es lo mismo) contra
Lady in the Lake
O Red Harvest o La Reine des Pommes o Wincherly Woman
La escena de las fresas la escena del pico de hielo
El torpe asesinato del marido
Y las manchas de sangre dulzona sobre el piso encerado
Un laberinto de enaguas y de manos
Cáchame cáchame
No tendremos mañana
Porque mañana no existe para nadie
Tú eres Tú porque yo lo he querido
Y El Mundo (El Arcano XXI) te pertenece
No es sino un modo de pasar por El Diablo (VIII)
Errando entre las sillas al alba de la fiesta
Inmerso en una hecatombe de palabras
Un espejo te entrega lo idéntico y lo otro
Una puerta una noche
Si soy el que deseas y deseas a otro
Soy Otro
Y cuando te deseo no deseo ser otro
Librado a la madera de los sueños
No tendremos mañana
Como quien asume una pasión inconsecuente
Con la seguridad de ver borrarse los fantasmas
A la llegada del alba
Tú y Yo
Aturdidos huyendo por las alcantarillas
A La Paz (Baja California) o a Formentera
Cris el Sevillano en dos días dio la vuelta a la Isla
Jean-Marie se colgó en el fondo de un pozo
Frank cogió a martillazos a dos guardias civiles
Mi Reina Armada destruyendo los rangos de peones
Un triángulo de luz polvorienta en cada mano
Del 1 al 0 al 1
Y ahora Mi Reina es presa de la angustia
En un túnel como una tripa viva
Que se abre sobre una playa donde un hombre desnudo medita
El Amor y La Paz
California Dreani´
Un sueño en jeans T-shirts
Playas tornasoladas de soles anaranjados (Wesselmann)
La sombra de viejos automóviles traqueteando
Hacia un presente perpetuo
Une Ile entre le Ciel et l´Eau
O un lago azul e inmenso
El ágape que cura las heridas
Y el perezoso sol calentando mi cuerpo que no tiene
Orgullo ni deseo
Un paquete de vidas reventadas por presencia de Lo Eterno
El Big-Bang repercute sus últimos ecos
Y la gente deriva hacia todos los suburbios del planeta
Vagando meditando gozando predicando
Rompiendo el delicado equilibrio entre Idea y Deseo
Un último sobresalto de Occidente
Antes del encadenamiento de las guerras
Las heladas estrellas se agrupan del lado de La Osa
Ella ha desaparecido
(Quién es Ella dónde está Ella)
No confundas tu soledad y la suya
Cuando tires las tres monedas por seis veces
SUNG
Esta línea muestra al sujeto vacilante frente a la disputa
Vuélvela estudio de los dictados celestes
Abate sus deseos agresivos
Reposa en la firmeza y corrección
Habrá buena fortuna
Abate tus deseos abátelos te digo
Así podrás acceder a la contemplación
Y el mundo rodará sin ti
Por una vez
Y verás gotear las estaciones
En un cielo Ile-de-France
Tendido en un camastro fascinado
Por una constelación de manchas de humedad
Las nubes dibujan carneros castillos
Una majada de fantasmas desciende el Huascarán
Trisca en torno de un ojo de agua
Pisoteando el diván del analista
Repita eso
(Eso?)
La memoria se posa sobre un campo de trigo
Y los caballos trotan en torno de la era
Encerrados en un domo dorado
Tu padre bebe chicha de jora
Y tú aloja fresca
Y más tarde la luna rondará la Casa-Hacienda
Polvo de leche luz
Tus sábanas se prolongan en nevados
Repita eso
El poema graffiti sobre un largo monólogo
El tema del baúl el tema del poeta atormentado
Por la Sombra del Padre
Un calembour dudoso colgado de la manga
(Nunca tocará fondo porque es forma)
La hora de las visiones ha pasado
Quién sabe lo que sabe quien no sabe
Hay una teoría de círculos concéntricos
Puesta para evitar un encuentro frontal
Que ya tuvo lugar
Que apareció como un azahar en el verano
Calmando mis sentidos crispados en la espera
En el sous-bois las armas
Esparciendo un sonido metálico en el aire transparente
Lustros
Y a la mañana siguiente un trapecio de niebla
Sube al Medio del Cielo
El halcón malherido voltijea sobre el techo del mundo
Suspendido del verbo
Que se balancea como un fruto
Demorando en caer
Y te consumes fuera de la palabra
Que tal vez se alimenta a sí misma
En inflorescencia perpetua
Y así entorpeces la demostración
Empantanado en una noche sin fin
O detenido en un mediodía perfecto
Un bocado de viento en las colinas
Una ventana abierta en la plaza del pueblo
Que designa un imposible deseo
Y el tiempo el viento amargo
Huye entre tu camisa
Como un recuerdo agudo y olvidado
Así un día en el embarcadero de Santiago Atitlán
O cierta ven en Uxmal
Indescifrable tu memoria en ruinas
Fuera de tema borracho como un Lord
Contiguo a una galaxia burlona y superior
Más ebria que la noche bamboleante
Ceñida a tu cintura hincándote las uñas
Mientras circulan retazos de ciudades
Ramalazos de luces en el puerto
El esplendor vacante de tu cuerpo
Animal expulsado de la música
Más acá del Edén donde no hay luz ni noche
Sino incredulidad de cada gesto
Como quien sobrevive sin saberlo
Y hay un valle que cierra el horizonte
Un río que la brisa acerca
Y una mujer desnuda en la terraza
Tomando sol
Nada es real salvo Lo Real
Desdeñoso irascible parpadeante y sumiso
Eternamente anclado
Plantado frente al río que murmura
Que tu vida se despliega y se agota
En la incesante perfección de su diferencia
A causa de Entropía
Obedecida y pronto contradicha
Por una dimensión confusa y vegetal
Y el azar te convoca para jugar un rol figurante
En el chalet de abajo
Y en un delirio de provisiones y de ropa limpia
Olorosa a lavanda
Viajas en tus palabras
Y tus palabras viajan.
8/4/2014 • 14 minutes, 21 seconds
Antonio Cisneros - Memorias de Punta Negra
Después de medio siglo, regresan esas playas amarillas de grandes remolinos y tumbos transparentes.Ahora puedo ver el rostro de la Virgen (Estrella Vespertina, Ancla de Salvación) entre los cables de la electricidad. Una casita, a medio construir, bendita con botellas de cerveza y el sacrificio de algún modesto buey. Ahora puedo ver las aves migratorias que vuelven a las torres del mercado medio siglo después. La bomba de agua. Un inmenso camión de coca-cola y los acantilados creciendo entre las ratas y las veredas Puedo ver muchas cosas, es verdad. Pero tan sólo los grandes revolcones en la arena, con mi primer amor, ocupan el paisaje tembloroso. Dos cuerpos de alabastro, pegajosos como una lagartija, repletos de mugidos. Igual que la rompiente en la neblina.
6/30/2014 • 1 minute, 11 seconds
Martín Adán - Ottava Ripresa
- No eres la teoría, que tu espina
Hincó muy hondo; ni eres de probanza
De la rosa a la Rosa, que tu lanza
Abrió camino así que descamina
- Eres la Rosa misma, sibilina
Maestra que dificulta la esperanza
De la rosa perfecta, que no alcanza
A aprender de la rosa que alucina.
- ¡Rosa de rosa, idéntica y sensible,
A tu ejemplo, profano y mudadero,
El Poeta hace la rosa que es terrible!
- ¡Que eres la rosa eterna que en tu rama
Rapta al que, prevenido prisionero,
Roza la rosa del amor que no ama!
6/16/2014 • 1 minute, 9 seconds
La tortilla - Carlos Germán Belli
Si luego de tanto escoger un huevo,
y con él freír la rica tortilla
sazonada bien con sal y pimienta,
y del alma y cuerpo los profundos óleos,
para que por fin el garguero cruce
y sea ya el sumo bolo alimenticio
albergado nunca en humano vientre;
¡qué jeringa! si aquella tortilla
segundos no más de ser comida antes,
repentinamente una vuelta sufra
en la gran sartén del azar del día,
cual si un invisible tenedor filoso
le pinche y le coja su faz recién frita,
el envés poniendo así boca arriba,
no de blancas claras ni de yemas áureas,
mas un emplasto sí de mortal cicuta.
5/19/2014 • 1 minute, 24 seconds
Blanca Varela - Monsieur Monod no sabe cantar
Audio obtenido gracias a la http://www.lamajadesnuda.com/
Blanca Varela - Monsieur Monod no sabe cantar
querido mío
te recuerdo como la mejor canción
esa apoteosis de gallos y estrellas que ya no eres
que ya no soy que ya no seremos
y sin embargo muy bien sabemos ambos
que hablo por la boca pintada del silencio
con agonía de mosca
al final del verano
y por todas las puertas mal cerradas
conjurando o llamando ese viento alevoso de la memoria
ese disco rayado antes de usarse
teñido según el humor del tiempo
y sus viejas enfermedades
o de rojo
o de negro
como un rey en desgracia frente al espejo
el día de la víspera
y mañana y pasado y siempre
noche que te precipitas
(así debe decir la canción)
cargada de presagios
perra insaciable ( un peu fort)
madre espléndida (plus doux)
paridora y descalza siempre
para no ser oída por el necio que en ti cree
para mejor aplastar el corazón
del desvelado
que se atreve a oír el arrastrado paso
de la vida
a la muerte
un cuesco de zancudo un torrente de plumas
una tempestad en un vaso de vino
un tango
el orden altera el producto
error del maquinista
podrida técnica seguir viviendo tu historia
al revés como en el cine
un sueño grueso
y misterioso que se adelgaza
the end is the beginning
una lucecita vacilante como la esperanza
color clara de huevo
con olor a pescado y mala leche
oscura boca de lobo que te lleva
de Cluny al Parque Salazar
tapiz rodante tan veloz y tan negro
que ya no sabes
si eres o te haces el vivo
o el muerto
y sí una flor de hierro
como un último bocado torcido y sucio y lento
para mejor devorarte
querido mío
adoro todo lo que no es mío
tú por ejemplo
con tu piel de asno sobre el alma
y esas alas de cera que te regalé
y que jamás te atreviste a usar
no sabes cómo me arrepiento de mis virtudes
ya no sé qué hacer con mi colección de ganzúas
y mentiras
con mi indecencia de niño que debe terminar este cuento
ahora ya es tarde
porque el recuerdo como las canciones
la peor la que quieras la única
no resiste otra página en blanco
y no tiene sentido que yo esté aquí
destruyendo
lo que no existe
querido mío
a pesar de eso
todo sigue igual
el cosquilleo filosófico después de la ducha
el café frío el cigarrillo amargo el Cieno Verde
en el Montecarlo
sigue apta para todos la vida perdurable
intacta la estupidez de las nubes
intacta la obscenidad de los geranios
intacta la vergüenza del ajo
los gorrioncitos cagándose divinamente en pleno cielo
de abril
Mandrake criando conejos en algún círculo
del infierno
y siempre la patita de cangrejo atrapada
en la trampa del ser
o del no ser
o de no quiero esto sino lo otro
tú sabes
esas cosas que nos suceden
y que deben olvidarse para que existan
verbigracia la mano con alas
y sin mano
la historia del canguro -aquella de la bolsa o la vida-
o la del capitán encerrado en la botella
para siempre vacía
y el vientre vacío pero con alas
y sin vientre
tú sabes
la pasión la obsesión
la poesía la prosa
el sexo el éxito
o viceversa
el vacío congénito
el huevecillo moteado
entre millones y millones de huevecillos moteados
tú y yo
you and me
toi et moi
tea for two en la inmensidad del silencio
en el mar intemporal
en el horizonte de la historia
porque ácido ribonucleico somos
pero ácido ribonucleico enamorado siempre
4/29/2014 • 4 minutes, 23 seconds
Emilio Adolfo Westphalen - El mar en la ciudad
¿Es éste el mar que se arrastra por los campos,
Que rodea los muros y las torres,
Que levanta manos como olas
Para avistar de lejos su presa o su diosa?
¿Es éste el mar que tímida, amorosamente
Se pierde por callejas y plazuchas,
Que invade jardines y lame pies
Y labios de estatuas rotas, caídas?
No se oye otro rumor que el borboteo
Del agua deslizándose por sótanos
Y alcantarillas, llevando levemente
En peso hojas, pétalos, insectos.
¿Qué busca el mar en la ciudad desierta,
Abandonada aun por gatos y perros,
Acalladas todas sus fuentes,
Mudos los tenues campanarios?
La ronda inagotable prosigue,
El mar enarca el lomo y repite
Su canción, emisario de la vida
Devorando todo lo muerto y putrefacto.
El mar, el tierno mar, el mar de los orígenes,
Recomienza el trabajo viejo:
Limpiar los estragos del mundo,
Cubrirlo todo con una rosa dura y viva.
4/21/2014 • 2 minutes, 5 seconds
Blanca Varela - La muerte se escribe sola
la muerte se escribe sola
una raya negra es una raya blanca
el sol es un agujero en el cielo
la plenitud del ojo
fatigado cabrío
aprender a ver en el doblez
entresaca espulga trilla
estrella casa alga
madre madera mar
se escriben solos
en el hollín de la almohada
trozo de pan en el zaguán
abre la puerta
baja la escalera
el corazón se deshoja
la pobre niña sigue encerrada
en la torre de granizo
el oro el violeta el azul
enrejados
no se borran
no se borran
no se borran
4/7/2014 • 53 seconds
Antonio Cisneros - El viaje de Alejandra
El viaje de Alejandra
Me veo (veo a mi padre Alfonso) sentado como un sapo sesentn al borde de la cama. El mar se bambolea y
arrastra entre sus tumbos los ropajes brillantes de las v?rgenes locas y un lomo de ballena congelado. Alg?n
avin retumba, en medio de la noche, como un temblor de tierra. Yo no s? qu? hora es. Slo s? que mi hija
menor parti en la madrugada. Iba serena, con su mochila al hombro, y aunque acaba de cumplir los 23, parece
un coat? adolescente. C?brela con tu manto, Madre m?a. Yo te la recomiendo. Es una joven bella y de buenas
costumbres. No la pierdas de vista. Aunque los aires est?n endemoniados, como este cielo fiero al borde de mi
cama. Es f?cil distinguirla. Tiene el pelo amarillo y no es muy alta. Por lo dem?s, camina con suma dignidad.
Ahora ya no s? cu?ntos inviernos pasar?n para que vuelva a casa. Apach?rrala, Madre milagrosa. Que sean sus
jornadas amables y propicias. Que los carabineros y guardias de frontera le sean bondadosos.
3/24/2014 • 1 minute, 45 seconds
César Calvo - Luna del Desamparo
Luna del Desamparo,
Poseída sobre las piedras en la madrugada,
Mientras los automovìles, las suaves palabras cautelosas,
El infinito peso de las máscaras.
Eres también aquel instante,
El tiempo que te niegas,
Tus cabellos quemados en la hierba,
Mi cuerpo sobre el tuyo,
Tus esposos,
Y el poema de Stevens como un biombo,de celofan,
Tu casa, una guitarra.
De tumbo en tumbo donde terminaré esta noche,
En que muchacha, insome y sudoroso,
Recordandote he de escuchar el alba,
En tanto tu vuelas a tus compromisos,
Te acuestas en la arena, pasa el tiempo,
Te desplomas con alguien que ya ha muerto,
Y te moja y despeina,
Mientras habla también de vivir juntos,
De exterminarse juntos.
Ah... si una de estas noches regresaras
Tropezando en el humo de los valses primeros,
Sin hijos, sin afeites,
Blanca, sola,
Y yo, tras de tu puerta, tras de todas las puertas de la tierra,
Como un zarpazo te tumbara sobre la alfombra de Persia
Para siempre...Mi Señora.
3/17/2014 • 1 minute, 45 seconds
Carlos Germán Bello - Oh hada cibernética
Oh Hada Cibernética
Cuándo harás que los huesos de mis manos
se muevan alegremente
para escribir al fin lo que yo desee
a la hora que me venga en gana
y los encajes de mis órganos secretos
tengan facciones sosegadas
en las últimas horas del día
mientras la sangre circule como un bálsamo a lo largo de mi cuerpo.
3/10/2014 • 30 seconds
Arturo Corcuera - Me distraigo asustando a los fantasmas.
Me distraigo asustando a los fantasmas.
Yo mismo seré un fantasma errante
si acaso no lo soy ya.
¿Existo realmente?
¿Sueño que existo?
¿existo?
¿Y si existe este nada más que sueño?
Quizás yo apenas sea el despertar de un sueño
que para siempre de los jamases se quedó dormido.
Materia de estrella, humus de un leño apagado.
Anima solitaria deambulando en la tierra.
Si la vida es sueño, sueño
y no es ningún sueño que se me va la vida.
¿Muero para volver a soñar?.
¿Morir es despertar?
¿Es otra vez nacer o es acabar?
¿Qué nada fui antes de que naciera?
¿Qué vacío habitaba?
¿En la nada tenía rostro?
¿Volveré a tener rostro, el que tuve, en la nada?
3/3/2014 • 1 minute, 28 seconds
José Watanabe - Responso ante el cadáver de mi madre
A este cadáver le falta alegría.
Qué culpa tan inmensa
cuando a un cadáver le falta alegría.
Uno quiere traerle algo radiante o gustoso (yo recuerdo
su felicidad de anciana comiendo un bife tierno),
pero Dora aún no regresa del mercado.
A este cadáver le falta alegría,
¿alguna alegría aún puede entrar en su alma
que está tendida sobre sus órganos de polvo?
Qué inútiles somos
ante un cadáver que se va tan desolado.
Ya no podemos enmendar nada. ¿Alguien guarda todavía
esas diminutas manzanas de pobre
que ella confitaba y en sus manos obsequiosas
parecían venidas de un árbol espléndido?
Ya se está yendo con su anillo de viuda.
Ya se está yendo, y no le prometas nada:
le provocarás una frase sarcástica
y lapidaria que, como siempre, te dejará hecho un idiota.
Ya se está yendo con su costumbre de ir bailando
por el camino
para mecer al hijo que llevaba a la espalda.
Once hijos, Señora Coneja, y ninguno sabe qué diablos hacer
para que su cadáver tenga alegría.
2/27/2014 • 1 minute, 53 seconds
Washington Delgado - Un caballo en casa
Guardo un caballo en mi casa.
De día patea el suelo
junto a la cocina;
De noche duerme al pie de mi cama.
Con su boñiga y sus relinchos
hace incómoda la vida
en una casa pequeña.
¿Pero qué otra cosa puedo hacer
mientras camino hacia la muerte
en un mundo al borde del abismo?
¿Qué otra cosa sino guardar este caballo
como pálida sombra de los prados abiertos
bajo el aire libre?
En la ciudad muerta y anónima,
entre los muertos sin nombre, yo camino
como un muerto más.
Las gentes me miran o no me miran,
tropiezan conmigo y se disculpan
o me maldicen y no saben
que guardo un caballo en mi casa.
En la noche, acaricio sus crines
y le doy un trozo de azúcar,
como en las películas.
Él me mira blandamente, unas lágrimas
parecen a punto de caer de sus ojos redondos.
Es el humo de la cocina o tal vez
le desespera vivir en un patio
de veinte metros cuadrados
o dormir en una alcoba
con piso de madera.
A veces pienso
que deberia dejarlo irse libremente
en busca de su propia muerte.
¿Y los prados lejanos
sin los cuales yo no podría vivir?
Guardo un caballo en mi casa
desesperadamente encadenado
a mi sueño de libertad.
2/17/2014 • 2 minutes, 16 seconds
Alejandro Romualdo - La infancia
La infancia nos llena la cabeza de luciérnagas,
De polvo las rodillas y los ojos nos cubre
Dulcemente. La infancia nos llena las manos
De globos y limosnas; la boca de pitos y azucenas
Y nos cobre las espaldas con sus plumas de cigüeña.
En la infancia son monarcas los ratones y los dientes.
¡Oh la infancia, la hora blanca del reloj,
El tierno silabario, el bonete de los ángeles y el duende!
Uno se siente nuevo, herido por un corcho,
Muerto heroicamente sobre un caballo de madera:
Amo mi infancia, mi corazón en pantalones cortos.
2/9/2014 • 51 seconds
Martín Adán - Diario de poeta
Tú adelante vas, con paso vivoY la muerte que te sigue adondequiera,Tú fatal como el agua de derivo,Al almo mundo que es la luz entera...Sin estricto ciprés ni desbordadaRosa ni sombra alguna la quimera.Túadelante vas, ¡ay!, porque en cadaForma late el Origen y a tu obscuraNoche echó su chispa ya alborada...Tu breve vida, que dura, que dura...La agonía que te ahoga y resuella,Que es vivaz muerte que tu paso apura...Astro siniestro tu creciente estrella,De tu hoy la inacabable madrugada,Donde, tú cegato, buscas la huellaHumanal de algún dios... y no ves nada.¿A aquel cielo que quepa tu respiroO al tesoro de en la ínsula extraña?...¡Ay!, tú siempre con vuelo del vampiroY con avidez de la musaraña...¡A eternidad de eviterno, Poeta,Tiempo tuyo que sea casa tuya,Casa capaz!... ¿ninguna la perfeta?Y vagas tú por entre duro y bullaDe la ciudad que en ti alcanzó su asiento,Llevado tú por una voz no cuya.Vas y vives así vivir, ya lento,Ya raudo,ya en burdel, ya en oficina,Como can que procura su alimento.Y todo, voluntad, asaz, divina...Real al ver... muro en la morada...Cruel el cisne... bajo la rosa, espina...Y a todo ya la mente desatada,La que rebusca en pos de aquel su tacto...La bestia pronta que no sabe nada,Que nada sabe sino por el acto...Y luz de madrugada cenicienta...De rescoldo lívido, desmedido,La Muerte, que te impide y que te tientaComo lo haría cactus florecido...¿En dura concreción de luz primeraFlor increíble, encima y en abismo,
Esplenderá, Cactus, tu primavera,Tu ser por alegría, tú yo mismo.¿Yo, vivo eterno ya cuando yo muera?...Y en fango de constante madrugada,Tu verso brota, súbito y fungoso...Tu propio amanecer que bulle en cadaReal creándote lo realpasmoso...Sombra ardiendo, tenaz... ese murmullo...Ese alarido... eso oído en vano.Diáfano y trágico, ese verso tuyo...Un lirio de agua intruso en tu pantano...Alba y penumbra que se expande... subeQuizás... pero tú pintas en tu muro,A fuego y conespátula, tu nube...Esa nube feliz del verso puro,Nave del rayo que por él se irisa...¿Vivir ya tu peligro... tu seguro...Tú, Poeta, volando con la driza?¡Ay, acá cada forma es con un nombre,Y es cada nombre simple y como exento;Acá, Poeta, donde cabe el hombreComún con su cuadrado pensamiento!Y así, al azar de poesía inquieta,Descuidado de real y de sujeto,Vas inventando el Mundo tú, Poeta,Libre él ya de confín y de secreto.Y vuela ya tu voz a voz no oída,Tu invocación de en plática desierta:A muerte que te falta y que es tu vida:
—
«Tú, Muerte, tú mi vida, tú mi puerta...»Ciego, buscas a Amor amando a tientas,Y te quedas allí donde te evadesDe ti mismo: tú siempre representasLo trágico de todas las mitades.Y tú repites tu torpe, tu vanoBatir de tiburón en albufera...Perfecto el tiburón... el deshumano...Breve la mente... larga la carrera...No otra el alma que el cuerpo sin desgano.Y esa tu actualidad, que desparece...Y esa gana de eterno y desmedidoQue crece en ti como la uña crece,Afuera del recuerdo y del olvido...Y el mundo real y su imaginería,Ese hueso real que tu alma encierra...Sí, tú vas adelante todavía
2/3/2014 • 7 minutes, 35 seconds
Emilio Adolfo Westphalen - César Moro
Por un campo de miga de pan se alarga desmesuradamente una
manecilla de reloj
Alternativamente se iluminan o se apagan en ella unos ojos de cangrejo
Al contraluz emerge una humareda de pestañas caladas
Y dispuestas como una torre que simulara una mujer al desvestirse
Otros animales más familiares como el hipopótamo o el elefante
Hallan su camino entre el hueso y la carne
Una red de ojos de medusa impide el tránsito
Por el arenal que se extiende como una mano abandonada
A cada paso una bola de marfil dice si el aire es verde o negro
Si los ojos pesan iguales en una balanza cruzada de cabellos
Y encerrada en un acuario instalado en lo alto de una montaña
Rebalsando a veces y arrojando a veces como una catapulta
Cadáveres rosados o negros o verdes de niños a los ocho extremos
Cadáveres pintados según las cebras o los leopardos
Y que al caer se abren tan hermosamente como una caja de basura
Extendida en medio de un patio de mármol rosado
Atrae a los alacranes y a las serpientes de aire
Que zumban como un molino dedicado al amor
Aparte un hombre de metal llora de cara a una pared
Visible únicamente al estallar cada lágrima.
1/27/2014 • 3 minutes, 4 seconds
Julio Ramón Ribeyro habla sobre Gallinazos sin plumas
El escritor peruano comenta cómo escribió el primer conjunto de cuentos que le logró gran fama en nuestro país. Su idea era dar a Lima un libro que la identificara como ciudad y así nació este pequeño libro.
1/13/2014 • 4 minutes, 43 seconds
El sueño del pongo - José María Arguedas
El propio Arguedas lee su cuento El sueño del pongo en la versión castellano. Este cuento nació en base a una historia que le contaron unos campesinos en uno de los tantos viajes a los que estaba acostumbrado en su labor de etnógrafo.
12/6/2013 • 10 minutes, 6 seconds
Domingo de Ramos - Chacalón
Porque eres a través del día una ruma suavemente adormecida
Como una canción de Paul Anka como una freak inútil
Como accionar que tu corazón se mueva homosexualmente
A través de una anticipación que lo anula todo
Tú debes tener un transeúnte que te mira infantilmente
En diagonal a plano y por revés
Un extraño dentro de tu extrañeza
Limpia acostada y lampiña como una maja
Caminando sola y abierta frente al lente de un paparazzi
Detenida y perra
Fracturada íntegramente como esta lengua entre tribus vaporosos
Desplazada en el vídeo clip
De Chacalón in the city
Music & soul of The Comas donde estas pedaleando contra el suelo
En coreografía con peces rabiosos a la sombra de árboles mayores que yo
Mientras muero in flammas puerilmente como un perro de Lautréamont
Muero a propósito a duras penas azulejado por tus pezones que se disgregan
Como rocallas en las esquinas Estas imposible negra mía
pita de mis trompos Oh fly ruca mía fly pacharacaza mía fly fly
entre los cascajos rojo-indio de ese cerro
ahora gris como tu pelo al viento
al viento marrón-bizarro
que levanta tu vestido como tu errante camino
como derrubiando tu edad
que reluce tiernamente entre las piedras
Tú eres mi destejida náusea
Mi sonrisa paraquense
Vertiginando en mis concavidades
11/25/2013 • 2 minutes, 16 seconds
Antonio Cisneros - Un viaje por el río Nanay
No es en esos meandros, donde viven los peces de agua dulce, que yo el gran capitán broadcaster destajero, con cien pesos al mes mien-tras navego y ciento treinta cuando estoy en tierra, he sentido terror por lo que resta de mi ordinaria vida. El terror a las garras del tigre, frías rodajas de cebolla cruda, lo sentí más bien en la terraza de ese bar tenido por alegre, amasijo de piernas y traseros bajo el ardiente el sol, a pocos metros de la Plaza de Armas, resbaloso igual que la cubierta de un crucero barrido por las olas, clavado en una roca sobre el río Nanay.
Estamos en la época del año en que las tortugas desovan en la playa y luego se sumergen río abajo como si huyeran (o se avergonza- ran) de sus crías, es decir unos quelonios cegatones y fofos, buenos para estofarlos a partir del medio año de edad. Ají pipí de mono. Revuelo de las faldas de algodón abiertas en el muslo hasta esas ancas saladas y perfectas. Un coleóptero transita entre la luz. Se hace papilla. Y, sin embargo, quieto es el vuelo del martín pescador sobre las aguas quietas. Nada hace sospechar los turbulentos cardúmenes de peces, girando en lo profundo como moscas en torno al orificio enloquecido de una dora- da real.
También hay un silencio cerril azul de Prusia. Detrás de las per-sianas de madera, unas veinte cabezas de ganado cebú se sobajean con tal solicitud que todo hace pensar en un perverso pacto, más oscuro que una deuda de juego o una historia de amor. Por lo demás, tan sólo hay que mirar cómo descienden las aguas del Nanay al pie de mi ventana para saber que tenemos casi 40 grados a la sombra y 90 % de humedad. Ahora sé que en los grandes calores debo alejarme de las mantas de lana y de los cuerpos que dan horrible sed y calientan el aire.
De pronto, sin qué ni para qué, termina el pastizal bajo la nie- bla. Allá donde el paisaje es un grabado con fresnos, eucaliptos y matas de geranio. Hay además una mujer salpicada por las altas mareas que revientan contra los farallones. Está casi desnuda y observa una manada de delfines a prudente distancia. En realidad hay muchas cosas más. Pero ninguna es tuya, diabético tedioso. Calla y aprende. Sólo posees algunas unidades de insulina y una piara de cerdos amarillos.
11/5/2013 • 3 minutes, 20 seconds
Blanca Varela - Me sobrevivirán
Me sobrevivirán
me sobrevivirán aguja vaso piedra
hormigas afanosas
me sobrevivirán
donde yo deje de estar pasará la sombra del sol
y muchas palabras de boca a boca
tejerán sin mi aliento sinsentidos
veo el árbol lleno de granos rojos
que ocupará tu lugar
mi hora suspendida
en el eterno crepúsculo que exhalo
todo esto y algo más que no veremos
sobre el mar que nos veía
ola suspendida estrella mortecina
vino empozado en tu mano
gesto que el aire enfría y diluye
témpano luminoso del corazón
que ausente palpita
y nadie nadie sabe por qué
se ahueca el aire
con su latido