¿Qué más señal hace falta que Tu vida, para salir al encuentro del prójimo y construir el Reino?

Si quieres, puedes sanarme

¿Cómo andas tú de compasión? ¿Y de excusas?

Hacerlo todo bien no es hacerlo con perfecciones imposibles, sino desde el amor

Jesús, para sanar al otro, es capaz de ir mucho más allá de la tradición, de la ley y de lo que siempre ha sido así. ¿Y tú?

¿Qué es lo que brota de mi corazón? ¿Luz o sombra? ¿Bien o mal? ¿Amor u odio?

En nombre del amor no cabe el odio

Jesús sigue desembarcando en mi vida, también hoy. ¿Podré reconocerlo?

¡Ay de mí si no anuncio el evangelio!

Venid a descansar

Te presentas, inesperado, y todo cambia

Hazme valiente para llevar tu evangelio a mi vida

¿Cómo miro a los demás? ¿Les doy alas o se las corto?

Jesús toca las vidas heridas, y se deja tocar por quien le busca con un corazón humilde

Que la fuerza de Dios te mantenga firme

Señor, Tú eres Santo

Sálvanos, que perecemos

No te llenes de cosas para el camino

Cuántas veces te ha llamado por tu nombre cuando más lejos estabas de Él

¿Qué partes de tu parcela has de trabajar más para quitar piedras y arbustos?

Jesús nos invita a vivir en comunidades y familias abiertas, que no se cierren sobre sí mismas

El discípulo vive en lucha

El Reino de Dios está cerca

Es más fácil matar al mensajero que escuchar la palabra incómoda

Jesús no busca el amigo perfecto, sino que necesita lo bueno que cada uno tenemos

¿Qué heridas han de curarse hoy entre quienes buscamos y seguimos a Jesús?

Sigue habiendo hoy gente al acecho, para pescar en un renuncio a quien solo intenta practicar la misericordia

Agradezco caminar con los pies en la tierra, viviendo las circunstancias de la vida cotidiana desde el Señor, con el Señor y en el Señor.

No podemos dejar que el evangelio se vuelva una pieza de museo

Enséñame a escucharte y verte en todo

Hay gente que es incapaz de entender la misericordia.

Confiar y buscar soluciones en lugar de anclarse en la queja. Dos rasgos del seguidor de Jesús

Señor, ¿dónde estás hoy?

Todo encuentro profundo con Jesús lleva al servicio fraterno

¿Qué tengo yo que necesite ser tocado por Jesús?

El tiempo se ha cumplido. Convertíos y creed en la Buena Noticia.

Sopla y bautízame en tu brisa

Lo indefenso, lo sencillo y lo distinto... tres espacios para buscar a Dios

No podemos anestesiar nuestras entrañas ante quien vive en necesidad.

Ven y verás

Cuando tú pronuncias su nombre, «Jesús», ¿qué te viene a la cabeza y al corazón?

¿De qué modo soy yo hoy voz que grita en el desierto?

¿Cómo vivirás esta maternidad, María, entre la alegría y la preocupación, entre la confianza y la inseguridad?

Dame, Señor, una mirada capaz de reconocerte

Y tú, ¿dónde reconoces a Dios?

Que cuando te vea, te reconozca, más allá de mis expectativas

¿Hay algo de ellos en mí?

El verdadero testigo del evangelio no habla de sí, sino de Jesús

El seguidor de Jesús es, con su vida, eco de su Palabra. Cueste lo que cueste.

Feliz Navidad. Es tiempo de acoger la Palabra. Para después contarla con nuestra vida.

Tú eres mi padre, mi Dios, mi roca, mi salvación

Cuando Dios promete fecundidad y futuro a nuestras vidas, sus promesas se cumplen y vencen nuestros fatalismos

Quien se deja tocar por el Señor convierte la vida en canto. ¿Cuál es el tuyo?

Levántate, te quiero como eres... Déjame escuchar tu voz... tu presencia es preciosa para mí.

Vamos a mirarnos por dentro un poco

No temas, porque tu petición ha sido escuchada

Dios-con-nosotros. Dios-contigo. Cae en la cuenta de esa cercanía y presencia

¡Alégrate! ¡Levántate! ¡Sígueme!

Yo os daré la vida, una vez más, para que invoquéis mi nombre

No es fácil estar dispuestos a cambiar en la dirección que apunta Jesús. Y abundan las excusas y las justificaciones para no hacerlo.

«No temas, yo mismo te auxilio», dice el Señor

Ven. Carga con mi yugo. Aprende de mí.

Yo también puedo ser profeta, pregonero de la Buena Noticia, y consolar con mis palabras y mis gestos

Deja que la espera se convierta en esperanza

¿Qué puedo aprender de Juan el Bautista en este adviento?

¿Tienen las promesas de Jesús fuerza suficiente para ponerte en marcha?

También a mí Dios me da su gracia para cumplir su misión

¿Qué tipo de casa vas a construir tú?

Un banquete como no hay otro. Eso promete Dios.

Jesus es la promesa de Dios que canta el profeta

¿Qué promesas tiran hoy de mí?

Señor, ayúdame a vivir con atención cada día que me regalas

El Reino de Dios está cerca

Jesús te invita a estar con él. ¿Qué le respondes?

Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas

No hagáis caso a quien dice hablar en nombre de Dios, pero no anuncia su Buena Noticia

¿Dar de lo que me sobra o compartir lo que necesito?

Los miro y te veo, Señor. Contigo seguiré construyendo e iluminando tu Reino.

Hay quien escucha el evangelio para defenderse de él, y quien lo escucha para acogerlo. ¿Tú cómo lo haces?

A veces hay que llorar por todo lo que no llegamos a ver

Invócame, que yo te responderé -dice el Señor-

Hay cruces de miradas que cambian vidas

Ten compasión de mí

Que tu fuego encienda mi fuego. Que esa luz, sea luz para los demás

La gente anda despistada, muy despistada. Distraída, sin enterarse de que Dios está alrededor, cuidando, alentando, dando el ser.

Llamaste y clamaste y rompiste mi sordera

Jesús, maestro, ten compasión de mí

A veces en el seguimiento de Jesús se cuelan ventajas, derechos adquiridos, méritos y cansancios. ¿Qué hacer?

Creo, pero aumenta mi fe

Entra en mi vida, Señor

Hay que ser astutos y lúcidos para trabajar por el Reino de Dios

Trata de sentirte parte de esa larga historia de los seguidores de Jesús

Al final, es el amor, o no es nada.

Palabras para cualquier comunidad que diga que vive en nombre de Dios

En una mesa sin excluidos se hace comunidad

El mayor entre vosotros será vuestro servidor

No es maldad, sino ceguera, lo que hace que gente buena se aferre a la ley e ignore al hermano

Desde la memoria, la gratitud y la esperanza

Jesús propone una felicidad diferente

Lo de Dios es un cambio de mirada. De lo vistoso a lo discreto. De lo estruendoso a lo sencillo. De lo grandioso a lo pequeño.

Tú me levantas cuando vivo encorvado, tú me defiendes cuando tantos me atacan

Tú, Dios, el compasivo, dame tu amor y tu gracia

¿Tan listos que sois y no encontráis el modo de vivir en paz?

Que el fuego de su presencia se apodere de ti y te haga vibrar a su modo

No te duermas, la vida se escapa si estás distraído

Hágase en mí tu proyecto

No seas necio, y agradece lo que es don, no propiedad.

Todo para Dios, sólo para Dios

No temas

Desde lo hondo

Qué entrañable pensar en la comunidad de apóstoles primeros, con sus luces y sombras

¿Y si te centraras, fariseo amargo, en lo que se mueve dentro de ti mismo?

Hoy yo soy Nínive, que necesita cambiar de conducta. ¿Acogeré la invitación o pediré más signos?

Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida

Te llamo y me respondes desde lugares a los que no quiero ir

Dios no entiende de horarios

Enséñanos a orar

¿Qué es lo más importante cuando está Jesús en medio?

¿Quién es mi prójimo?

Que mi entrega la mueva tu amor, Señor

Quien a mí me escucha, ¿a Ti te escucha?

No busques tener todas las seguridades y garantías al seguir a Jesús, porque no las tendrás

«Te seguiré a donde quiera que vayas» es toda una declaración de amor.

Ni amenazas, ni enfados, ni condenas. Jesús enseña a seguir adelante, con paz, cuando no te acogen.

Dios elige lo pequeño

Tú, Señor, me invitas a creer

El Señor ve en mi interior y conoce mis sueños, mis fiestas y mis anhelos

El amor de Dios se convierte en canto

Autoridad, austeridad y libertad en la misión

Tú eres mi madre y mi hermano, si escuchas la palabra de Dios y la cumples –dice Jesús–.

Dios es la luz. Tú la lámpara.

Mis planes no son tus planes, mis caminos no son tus caminos. Sea lo que sea, gracias Señor

Tenemos, como Iglesia, pasos pendientes hacia una igualdad más plena

La misericordia es la marca del cristiano. Y, desgraciadamente, siempre habrá quien la niegue.

Piensa bien, y acertarás aunque te equivoques

No llores

Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme

Que tu misericordia y tu compasión me muevan

Madre, ponme con tu hijo

¿Qué he hecho por Cristo? ¿Qué hago por Cristo? ¿Qué puedo hacer por Cristo?

Había esperanza para las sombras de dentro

Soledad y encuentro. Oración y misión. Intimidad con Dios y comunidad. Polos de la vida de fe.

La crítica, el enfado y la ofuscación son parte de muchos conflictos religiosos que nacen de no poner a Jesús en el centro

Que el amor y el perdón sean la luz de mi vida

Confianza y disponibilidad, imprescindibles en un «Hágase»

Ánimo, no tengas miedo, lánzate y sígueme

¿Siento la urgencia y la ilusión de compartir la misión de Cristo?

Tu Palabra, Señor, sacude el mal que a veces nos habita

Esto no es una promesa para el futuro. Es real. Hoy. Aquí y ahora.

También tú tienes que nacer de nuevo, o renovar tu vida desde la alegría del Resucitado

Dame tú, Señor, la fe que me pides

El resucitado transforma a sus testigos.

Me seduces, Señor, y me dejo seducir

¿Cómo reaccionas cuando parece que en tu interior todo se desmorona?

A Dios no podemos apresarlo

Nuestra misión no es vivir la alegría en solitario, sino llevarla, compartirla, anunciarla

No hay losa que pueda apagar la Vida

Quizás buena parte de la vida sea este Sábado Santo, de incertidumbre y espera insegura

Una vida fracasada puede ser portadora de bendición. He ahí el milagro de la cruz.